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Ferdydurke rating:
5
5.4
4,029
Language of the review:
- es
May 10, 2023
3 of 4 users found this review helpful
Pues tiene su relativo mérito esta pequeña pieza de cámara chingona que acierta a través de cortes, montaje, recuerdos, buenas frases y carismáticos intérpretes con un a cuestas tremendo bagaje, además de algunos detalles de puesta en escena delicados, incluso bellos, no así tanto lo referido a la historia bastante más tópica (los malos son de opereta y los buenos lo acaban siendo de cuerpo entero, sin apenas fisuras, hasta sus posibles debilidades o extravíos quedan la mar de justificados) con ese aire posmoderno de crepuscular western lleno de dolor, violencia y tormento y con sus inevitables dosis de énfasis, tremendismo e impostura o adorno también metafísico o más bien lírico reflexivo.
Es una película indie cuando ya no se hace o no existe ese concepto por lo menos como antes, el estofado de conejo sin conejo no es tan bueno.
Tiene cosas de Pozos de ambición, palabras mayores, o hasta de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, igualmente, o de aquella de Tommy Lee Jones, Deuda de honor, o de Sin perdón o de otra de Sam Shepard, Lengua silenciosa, o la de Tom Hardy, Sin ley, o La propuesta del mismo director Hilcoat, o Slow West tal vez.
Se debate entre ser/ir definitivamente a la contra, ahora voy a cavar, nuestra tumba quizás, una rara exquisitez contemplativo artística, el duelo de una mujer (nada) voluble, o ser solo una más de las que se quedan en la pura apariencia molona, hueca, carcasa fachera, vacua, Sweet Jane.
Ella es preciosa aunque aquí no se luzca, casi bien no se la vea o se trate de eso, está el gran Noah Emmerich que de lado y a oscuras tiene un claro parecido con Peter Mullan que tal baila, cara marcada, scarface, y Joel Edgerton también recuerda a Mark Wahlberg (mejor actor Joel) o al Savage de Cimino, mejor al de la leyenda de Bill Doolin, o al Sheen de Coppola o al Russell del tren de las 3:10, vale.
Es una película indie cuando ya no se hace o no existe ese concepto por lo menos como antes, el estofado de conejo sin conejo no es tan bueno.
Tiene cosas de Pozos de ambición, palabras mayores, o hasta de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, igualmente, o de aquella de Tommy Lee Jones, Deuda de honor, o de Sin perdón o de otra de Sam Shepard, Lengua silenciosa, o la de Tom Hardy, Sin ley, o La propuesta del mismo director Hilcoat, o Slow West tal vez.
Se debate entre ser/ir definitivamente a la contra, ahora voy a cavar, nuestra tumba quizás, una rara exquisitez contemplativo artística, el duelo de una mujer (nada) voluble, o ser solo una más de las que se quedan en la pura apariencia molona, hueca, carcasa fachera, vacua, Sweet Jane.
Ella es preciosa aunque aquí no se luzca, casi bien no se la vea o se trate de eso, está el gran Noah Emmerich que de lado y a oscuras tiene un claro parecido con Peter Mullan que tal baila, cara marcada, scarface, y Joel Edgerton también recuerda a Mark Wahlberg (mejor actor Joel) o al Savage de Cimino, mejor al de la leyenda de Bill Doolin, o al Sheen de Coppola o al Russell del tren de las 3:10, vale.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Al final se lían la manta a la cabeza, lo del ataque a la casa es confuso (¿Cómo le dan al marido si está echado en la cama? No acaba quedando claro quién hiere a quién y qué tipo de herida o balazo recibe cada uno, en qué parte del cuerpo concretamente y qué gravedad acarrea) y un mucho cogido por los pelos de la burra lo de la niña resucitada (además de que nos habían hecho una cutre trampa al sacarnos el zapatito en el río), pero también tiene su buenos momentos en el juego de luces y sombras a través de los agujeros.
Lo mejor es su sobria densidad y lo peor, el que casi todos los puntos o aspectos o vías se cierren de manera artificiosa.
Lo mejor es su sobria densidad y lo peor, el que casi todos los puntos o aspectos o vías se cierren de manera artificiosa.