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Russia Russia · Stalingrado
Ferdydurke rating:
7
Drama. Romance The film centers on Richard and Mildred Loving, an interracial couple who married in June 1958. They were arrested, thrown into jail, and exiled from the state. For the next nine years, the couple fought for their marriage and the right to return home as a family.
Language of the review:
  • es
January 26, 2017
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El amor. Infinito, inquebrantable; da seguridad, cobijo, esperanza, fuerzas y alegría. Aquí es discreto, callado, hondo. No necesita de gritos ni alaridos, no requiere de excesos y exhibiciones. Es profundo, verdadero, grande como la Tierra.
El miedo. Lo cubre todo. Está a la vuelta de cada esquina. Es traicionero, desgarrador y vicioso. Es cobarde, vil y mentiroso. Es humano, comprensible e inevitable. Aquí (su imposición y administración cruel) se disfraza de justicia y oficialidad, de uniformes y juzgados.
La ley. La que ordena el mundo y dirige la vida. La que parte y reparte. La que manda y calla. Aquí es injusta y absurda. Más tarde, sentido y verdad.
La película cuenta o expone el racismo de nueva manera. Encarna una idea (el mestizaje perseguido) a través de dos personajes y su contexto (el sur de los estados unidos durante los años cincuenta y los cambios posteriores). Muestra el mecanismo de la barbarie sin grandes sobresaltos, en sus resquicios más pegajosos y atroces. Dota la narración de recovecos, descansos y sorpresas. Es sencilla y superficial, pero tan bien hecha y dosificada y sentida y lograda que, pardiez, hasta emociona.
Los personajes principales son dos arquetipos ya casi desaparecidos, arcaicos tal vez. El hombre y la mujer. Los ideales. Claros y distintos cada uno. Él es sobrio, rudo y viril. Ella es femenina, delicada y sutil. Él es fuerte, formal y protector. Ella es frágil, inteligente y sensible. Y se complementan. Y se quieren mucho. Todo.
USA es un país joven que hace nada convivía con el espanto sin apenas disimulos. Tuvieron que llegar los sesenta y la consabida lucha por los derechos civiles para que se cuestionaran atropellos atávicos revestidos de legalidad. Como curiosidad, la argumentación judicial que pone a Dios como garante de la separación racial. Ya se sable que el ser superior nos sirve para todo, para justifica cualquier cosa, una y su contraria, igual que las leyes.
Ellos dos lo hacen muy bien. Muy marcados sus caracteres. Y el director relata los hechos con levedad y rotundidad. Es una historia tan ligera y obvia como poderosa y veraz. No es realista, es real (se sirve de la realidad para elaborar un discurso que la trascienda).
Ferdydurke
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