Es una película muy rara, como si toda ella estuviera hecha de trozos retales descartados o equivocados, puzle mal hecho acabado, rompecabezas sin testa, el laboratorio del doctor Frankenstein haciendo de las suyas, casando sacando recetas, más vacunas, y la película real o verdadera fuera otra, estuviera vagando por el espacio, en una especie de limbo, el cementerio de las películas olvidadas, o como si la hubieran robado pidiendo un rescate que nadie finalmente se arremangó a soltar la pasta o el dinero, y nos hubieran dejado a cambio esta cosa sin rumbo ni por qué, vaca loca, liebre por gato, es en sí misma una oda al diálogo de besugos, es disléxica y daltónica, contrahecha, una onomatopeya hasta el infinito que se alarga, no cierra, una obra de teatro muda, una cochinada casta, una charlotada, llanto por un bandido, si te dicen que caí, hablando y no dicen nada, se mueven y no avanzan, los personajes aparecen en lugares donde no están o no les corresponde, se teletransportan, mimetizan, telepatizan, en fin, arte conceptual escapista performativo abstracto expresiosista existencialista pensionista avant garde el cuerpo es mi lienzo en blanco yoko ono yo manejo dios me guía, Marina. El cuerpo de Bronson concretamente sin hacer de menos mejorando lo presente Ullmann y Ireland y Mason, una venía de Bergman y el otro de Kubrick, la de en medio de la santa cama del protagonista, y acabaron haciendo esto no somos nada polvo en el viento, una piedra en el arroyo, un rato príncipe y al día siguiente su porquero, del rey abajo ninguno, ¿todo por el dinero, un enredo?