Es de suponer que "Gigante" no sea una de las películas favoritas de Donald Trump, si es que las tiene a pesar de sus cameos en algunas y series televisivas. No estaría mal dados los tiempos que corren en su política en general y de emigración en particular amén de su actitud ante la mujer que la cinta de Stevens se reestrenara por todo el país. La novela de la prolífica escritora Edna Ferber (Michigan / 1885-1968) publicada en el 52 en la que se basa ya abogaba por el empoderamiento femenino y sus derechos (maravillosa Liz Taylor), la integración racial  y el respeto por "el diferente", en este caso mexicanos, Incluso se atreve a decir abiertamente que los siempre avispados USA le birlaron Texas a los mexicanos de forma poco ortodoxa. Ahí es nada para ser el año 52 del siglo pasado, que la produjera la Warner, durara tres hora y veintiún minutos y que fuera su éxito de taquilla más sonado hasta el 73 con "El exorcista", recaudando siete veces más que su costo final de cinco millones de dólares.

Edna Ferber supo conjugar una histora de amor lo suficientemente poderosa entre una mujer moderna del norte y un hombre tradicional del sur para vislumbrar que los tiempos estaban cambiando en una América tradicional, patriarcal, agraria y ganadera principalmente que iniciaba su despegue más allá de sus fronteras a raíz de su participación y victoria en una guerra mundial cuya mecanización reclamaba petroleo con el que sacrificar a sus soldados muchos de ellos emigrantes como el que encarna en toda su inocencia el jovencísimo y malogrado Sal Mineo. Rock Hudson al que hay que reivindicar como actor una y otra vez encarna admirablemente esa transición a regañadientes, cuyos hijos pueden llegar a ser mestizos y sobre todo libres de elegir su propio destino.

Todo ello pudo quedar enmascarado por la trágica muerte de James Dean apenas una semana después de terminar el rodaje. "Gigante" se recuerda más por ser la última película de un Dean mitificado por su prematura muerte que por sus otros muchos valores. Un Dean que venía todavía con el personaje puesto de"Rebelde sin causa", que aceptó rebajar su salario para participar en esta película y que le complicó la vida a Stevens al que llamaba despectivamente "el gordo". Un Dean sobreactuado ejemplo manifiesto de lo que es llevar al absurdo el método del maestro ruso Stanislavsky pasado por el tamiz de Lee Strasberg y su Actor´s Studio. Un Dean indisciplinado profesionalmente que como hizo en "Rebelde sin causa" trataba de imponer a los directores sus propia ideas no siempre con acierto de como rodar sus escenas. Así lo hizo con el discurso de su personaje J.R. (en el que se basó el malvado J.R. de "Dallas").

Hudson, en el otro extremo de la actuación como actor intuitivo, se llevaba fatal con Dean y Liz Taylor ejercía de fiel de la balanza comprendiendoles a ambos y forjando una gran amistad  por separado con lo dos. Tanto que tuvo que suspender su rodaje afectada profundamente por la muerte de Dean. 

Stevens se llevó el Oscar al mejor director y la película tuvo 10 nominaciones. Despuntaban los jóvenes Carroll Baker y Dennis Hopper y Mercedes McCambridge deja su huella en un personaje poderoso. A pesar de su exceso de metraje "Gigante" se merece por derecho propio un lugar destacado en la historia del séptimo arte.

cineziete.wordpress.com