Me pareció muy atractiva esta película, comenzando y terminando en un sueño. Me trajo el recuerdo de más de alguna película de Fellini o de Buñuel. Yo sé que a la gran mayoría no le gustó porque exigían un guion, pero alguien se ha preguntado si los sueños tienen guion, por supuesto que no y si este film está construido en base a lo onírico, pues muy bien que el guion pase a un segundo plano. La secuencia del título está configurada con la imagen de spin art cuando ingresamos al mundo de los sueños activos de Stephane. La pintura se cubre sobre sí misma a medida que los colores se extienden más y más hacia afuera, mientras escuchamos a Stephane soñar. Esto establece perfectamente la base para el resto de la película, ya que vemos imágenes y personajes brillantes y vibrantes superpuestos entre sí y arrastrados hacia sus mundos. Es extravagante, hermoso y desenfrenado. Las secuencias están llenas de tanto atractivo visual que es difícil asimilarlas. Desde una absurda máquina de escribir en forma de araña hasta toda una ciudad de cartón o también el hermoso paseo a caballo de tela hasta llegar a un bote en un mar de celofán.