La gran ventaja de esta película sobre su predecesora es el personaje de Apollo, en la primera parte el personaje era simplemente el antagonista, era poco importante pues el centro de la historia era obviamente Rocky, aquí, aunque no es muy diferente, si se conoce más de Apollo, el como hiere en su orgullo que lo consideren un tramposo, el temor de que esas acusaciones terminen afectando a su familia, esto termina haciendo que la pelea sea algo personal para él, porque el enfrentamiento tiene una mayor carga emocional pues tanto Balboa como él tienen verdaderos motivos para estar ahí.
En lo que respecta al protagonista, sigue siendo uno de los mejores trabajos de Stallone; en la primera parte era un aficionado a las luchas que buscaba probarse a si mismo, en la secuela, después de demostrar lo que podía hacer ¿vivió feliz para siempre? No, porque la vida no es así, surgen nuevos problemas, ocurren cosas buenas, cosas malas y tanto en la vida como en el ring Rocky recibe un montón de golpes, pero siempre se levanta, porque eso es lo que hace un luchador, esta es sin duda una de las mejores películas de la saga e incluso yo, que no me gusta el deporte, menos aun el boxeo, no me canso de verla.