Esta es una película basada en hechos reales, llevada al cine por el hijo de los protagonistas. La dirige y la vez hace el papel de su padre en la vida real.

Narra la vida de un iraní disconforme con la libertad de su país, que se convierte en uno de los líderes de las protestas, y que es encarcelado por ello. Tras salir en libertad, el gobierno del país se endurece, y temiendo las represalias decide pedir asilo político en Francia, donde se establece con su mujer y su hijo.

La película discurre en tono distendido, como si pasar 7 años en una prisión iraní siendo torturado fuese una chanza. Muchos la comparan con 'La vida es bella' por este motivo, pero, en mi modesta opinión, no tienen nada que ver. En la película de Benigni había un objetivo para el buenismo: que su hijo no fuese consciente de lo que estaba pasando y pensara que todo era un juego. Y además, mostraba la dureza de régimen nazi. En esta otra, todo es más liviano.

A pesar del apestoso buenrollismo, tiene momentos emotivos que te llegan a la patata, y otros divertidos.