Cuento con la gran ventaja de no haber leido el libro ni haber visto la (excelente al parecer) serie que convierte en innecesaria a esta película, así que mi opinión está bastante libre de prejuicios. De hecho, no tenía la menor idea de que el núcleo argumental fuese un feroz ataque a los últimos especímenes de la gentry católica inglesa y sus taras psicológicas. Centrándome en la película, es un producto correcto pero falto de chispa y, sobre todo, alargado sin necesidad. No les costará imaginar ni a sus lánguidos personajes, revolcados en su propia decadencia, ni a sus ocupaciones aristocráticas, ni a sus espléndidas mansiones; vamos, que no hay nada en esta película que no hayan visto ya, y mejor, en muchas otras. Por lo demás, las interpretaciones son correctas, los suspiros variados y las vueltas y revueltas sobre el catolicismo más rancio acaban haciendose pesados.

En resumen: si les interesa la historia lean el libro o vean la serie, y si les atrae lo british, veánse cualquiera de Ivory.