El término de prepago adquiere una connotación sexual directa en Colombia y es empleado para referirse a las mujeres dedicadas a la prostitución de alto nivel, quienes la ejercen de forma discreta y en base a citas en lugares predeterminados.

Adaptada del libro de una de ellas: "Las memorias de Andrea", Carlos Gaviria y Rodrigo Lalinde extraen y supongo recrean con ficción —como en su momento lo hicieron con la historia de la sicaria Rosario Tijeras—, la historia de una joven (Ana Lucía - Andrea), que decide llevar una doble vida, mantenerla en secreto y que acrecentan su angustia por un sinnúmero de mentiras insostenibles dadas las situaciones a las cuales se verá expuesta dentro del ámbito familiar, escolar y sin duda laboral.

Muchos personajes clave que rodean a la protagonista que van desde sus abnegados padres, pasando por su proxeneta y sus mejores amigas, su protector, los diferentes hombres a quienes brinda el servicio, o bien un antagonista circunstancial que la va conduciendo a límite para quedar indefinidamente en el negocio del llamado "taloneo". A dichos personajes se les van construyendo sus propios devenires y los asocian astutamente para tomar al televidente de inicio a fin y ubicarnos en las escenas de acción y drama propiamente justificadas. El buen trabajo en locaciones (mayoritariamente) le dan ese toque de credibilidad para comunicar lo necesario, propicias para las balas, movimientos bruscos, miedo y desesperación hagan una conjugación de un producto bastante entretenido.

"La prepago", en efecto roza el melodrama habitual que la televisión confiere a los protagonistas (de imagen intachable), mas los productos de Teleset les quitan un tanto esa concepción y los ubica en realidades ásperas, donde el thriller desbanca al melodrama y ofrece un poco de todo de lo que significa dedicarse a la prostitución y cómo altera a terceros saberse cerca de quien la ejerce y cómo el prejuicio mata afectos y sobre todo las consideraciones.

Pero ¿en qué adolece la producción? El formato al ser una tele-serie y estar destinado al consumo masivo, indiscutiblemente se ve alterado en dejar en claro una postura moralista y no dejar la propuesta en simple exposición, y así conducirla a la justificación ilimitada sobre Ana Lucía - Andrea. Por el contrario, para Carolina su compañera de escuela, le da esa oportunidad de asumir y no sucumbir a la disculpa, sin embargo ésto ocurre gracias a que el peso de la trama no recae sobre ella.

Buen trabajo en el que destacan en interpretación Luis Eduardo Arango y Sergio González, dos hampones al acecho de sus presas.