¿Qué pasaría si lo realmente tétrico no se extingue de principio? ¿Qué el trabajo de edición, jugara un papel más importante, con tiempo y espacio? ¿Qué los elementos de género enriquecieran más la propuesta?

Simplemente que sería una película mucho más interesante, que obtendría de inmediato los calificativos impresos en el cartel promocional en México. Ni es la más terrorífica de los últimos tiempos y se limita a mostrar atmósferas obscuras, donde las subidas de volumen ayudan un poco a que saltemos sobre la butaca.

Trabajo insulso, aburrido, previsible, complejo en estructura y por supuesto para la mala nota. Últimamente se han importado dos o tres películas de este país, desafortunadamente no existe la excelencia en todo lo presentado y con “El hijo maldito”, se queda a deber bastante.

Prescindible.