Desde el momento en que se anunció ‘Kong: La Isla Calavera’ supe perfectamente que estábamos ante un film de ver, disfrutar y olvidar. Y, más tarde, los avances me fueron poco a poco dando la razón. Pero ojo, no es algo malo. Su responsable principal (Jordan Vogt-Roberts) y los guionistas han creado el clima perfecto para que la nueva aventura de King Kong resulte un curioso y disfrutable guilty pleausure alejado de aquel ‘Godzilla’ tan soso que nos llegó hace unos años.

Para empezar el reparto tiene unos cuantos rostros simpáticos para el espectador a los que, en una cinta así, tampoco se les puede exigir mucho porque sabes que a Shakespeare precisamente no van a recitar. Así, Tom Hiddleston da el pego como héroe de la función, Brie Larson es el arquetipo de chica Kong, Samuel L. Jackson disfrutando (como siempre), John C. Reilly tan pasado de vueltas (como siempre)… pero a diferencia de otros films, quiero saber cómo va a acabar cada uno y eso es gracias al peso que Jordan Vogt-Roberts da a sus personajes en el film.

A partir de ahí, todas las posibilidades que los efectos digitales sean capaces de hacer con el nuevo Kong partiendo con la base de la historia de siempre y partiendo del misterio que envuelve esa isla calavera que tan bien explotó Peter Jackson en la versión anterior (que tiene un empaque superior).

Si solo queréis un rato divertido, ‘Kong: La Isla Calavera’ os entretendrá durante un par de horas. Tan poco la pidáis mucho más.

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