1º- Un seis, C. Barras consigue hacer algo interesante.

2º- Las películas con visión infantil quizás sean las más complejas de hacer y, las más de las veces, basadas en recuerdos y especulaciones. El egoísmo con el que traemos a los niños al mundo y lo pronto que olvidamos, que dejamos de ser hombres, al ser padres.

3º- Siendo sinceros, es un guión plano basado en el desarrollo emocional de sus personajes y en que empaticemos con ellos. Y eso, a su vez, se mueve en unas aguas turbulentas, pues su simpleza se ve fresca, pero también forzada.

4º- Más que de personajes, aquí casi que se puede hablar de emociones propiciadas por traumas: el reflejo físico del pasado traumático. El detalle de la tía de la niña como Medusa es de gusto refinado.

5º- La claridad con que muestra los problemas es lo que la diferencia; al pan, pan y al vino, vino. Nada de eufemismos. Eso la atrevida.

6º- El filme pierde mucho en la facilidad y repetición de los chistes.