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Spain Spain · Barcelona
BigCat rating:
4
Comedy. Romance Friendless Peter Klaven (Paul Rudd) goes on a series of man-dates to find a Best Man for his wedding. But when his insta-bond his new B.F.F. (Jason Segel) puts a strain on his relationship with his fiancée (Rashida Jones) can the trio learn to live happily ever after?
Language of the review:
  • es
June 15, 2009
6 of 14 users found this review helpful
Creo que en el mundo hay muchas personas, tanto hombres como mujeres, que no tienen amigos/as íntimos/as; eso no es nada nuevo ni tampoco nada malo. Lo que seguro que NO hay es tantas personas que se pongan a buscar desesperadamente entre desconocidos a un mejor amigo para que sea el padrino de su boda. Y hay menos gente aún (o eso espero, por el bien de la humanidad) que esté tan oxidada a la hora de hablar con sus congéneres, de manera que parece que se les ha atrofiado esa parte del cerebro.

El protagonista de la película (Paul Rudd, actor al que yo recuerdo con cariño por ser el novio-marido de Phoebe en la serie Friends) se va a casar y descubre que su prometida tiene un enjambre de amigas a las que les cuenta incluso cuándo va a cagar, con perdón. Y él se da cuenta de que sólo se ha relacionado con mujeres, y que carece de bagaje masculino. Y ahí entran todos los tópicos: el pobre no sabe decir tacos (en vez de eso, usa terribles expresiones que parecen sacadas de una peli de los años 40 o de un libro de las aventuras de Tintín), no habla con nadie de su vida íntima ni de la masturbación (y cuando se masturba no ve porno), no bebe alcohol, nunca le ha pegado a nadie un puñetazo, y su hermano pequeño, que es gay, es un derroche de testosterona del que su padre está orgulloso.

Naturalmente, cuando encuentra a un colega, se emociona muchísimo. Y ambos emprenden un camino de amistad-aprendizaje en el que el nuevo colega le enseña las normas básicas para ser un tío y hacer cosas de tíos. Hay poca profundidad detrás de todo eso, y más que nada la peli es una sucesión de situaciones pseudo cómicas bastante facilonas y burdas, aunque algunas de ellas hacen gracia.

Sin embargo, hubo dos cosas que me pusieron de los nervios: el doblaje del personaje de Jason Segel, que habla durante toda la peli arrastrando las palabras como si se hubiera fumado un porro, y los horribles chistes de Paul Rudd, que me temo que también pierden mucho por culpa del doblaje.

No es una peli horrible, pero pasa de verla si tienes algo mejor que hacer.
BigCat
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