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Canada Canada · Terranova
Vfoul rating:
8
Mystery. Thriller. Film noir En route from Washington D.C., champion tennis player Guy Haines (Farley Granger) meets pushy playboy Bruno Anthony (Robert Walker). What begins as a chance encounter turns into a series of morbid confrontations, as Bruno manipulates his way into Guys life. Bruno is eager to kill his father and knows Guy wants to marry a senators daughter (Ruth Roman) but cannot get a divorce from his wife, Miriam (Laura Elliot). So Bruno suggests the ... [+]
Language of the review:
  • es
November 17, 2010
81 of 87 users found this review helpful
Correcta cinta de Alfred Hitchcock, sin llegar al nivel de obra maestra como otras de sus muchas películas. “Extraños en un tren” adaptación de una novela de Patricia Highsmith, está basada en la idea de un crimen sin móviles, sencillamente un crimen perfecto: dos desconocidos acuerdan asesinar cada uno al enemigo del otro y así proporcionarse una coartada infalible.

Guy (Farley Granger) tenista famoso, coincide en un viaje en tren con Bruno (Robert Walker, el cual realiza una actuación portentosa) alcohólico, con problemas edípicos, narcisista y homosexual latente, éste último conoce al dedillo la vida del tenista por las revistas, sabiendo así que desea divorciarse de su mujer infiel y poder casarse con la hija de un senador, para lo que le propone un plan a simple vista perfecto: intercambiar los papeles. Bruno liquidará a la mujer de Guy, y éste hará lo mismo con el padre de Bruno, al que odia, y poder quedarse con la herencia. Y aunque Guy rechaza tan absurdo plan e intenta olvidarlo, Bruno realiza su parte con verdadera sangre fría, y le reclama al horrorizado Guy que cumpla con el suyo…

Hitchcock, maestro del suspense, aquí lo es más por la técnica narrativa. En esta cinta el maestro Hitchcock vuelve a uno de sus temas preferidos: el hombre inocente acusado de un crimen que no ha cometido y el ciudadano aparentemente modélico tras el que se esconde un asesino. La originalidad de la película reside en que el inocente no es perseguido por la policía, sino por el verdadero asesino. El maestro nos recuerda que cualquier cosa de la vida cotidiana puede causarte graves problemas o incluso la muerte: Una ducha, una canción, un pájaro o, en este caso, un desconocido que se sienta a tu lado en un tren.

El ritmo del film no es siempre constante, y se nota mucho más cuando no tenemos en escena a Robert Walker, verdadero artífice de todas las escenas míticas de la película, que las hay. En resumen un film que se deja ver muy gratamente y del que debemos hacer notar la excelente fotografía de Robert Burks.
Vfoul
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