Un día empecé a ver esta película creyendo que era la típica "como la vida misma", me fue enganchando por la naturalidad de las actuaciones, realmente hasta un tiempo después no supe que era un documental, más bien parecía el experimento de algún director obsesionado con su adolescencia y las películas de los ochenta. Sin embargo la película te va absorviendo e incluso hace aflorar malos recuerdos (buenos para otros) de nuestra propia vida, cuando no hace tanto vivías situaciones parecidas.

Otra gran virtud de esta película es que si ya tienes un concepto lamentable de los valores americanos, este documental te reafirmará las creencias.