Wall-E es una cinta más de pixar que es imposible de negar que es una genialidad.
Comenzamos con un primer acto en que contemplamos el estado de las zonas del planeta antes ocupadas por humanos y se descubre con una narrativa muy visual lo que ha ocurrido y por qué los humanos se han ido.
Wall-E es un robot de limpieza con vida propia, como al parecer absolutamente todo ser, lugar u objeto en una película de pixar. Pero tiene de especial una relación muy personal con su entorno y una inocencia complementada con heroísmo desinterado que nos hace quererle mucho, a pesar de que es una película de apenas 90minutos.
En la primera parte del rodaje conocemos a Eva, una robot de combate con la misión de obtener una planta en nuestro planeta para que los humanos puedan volver, pues una planta puede ser la prueba de que el planeta vuelve a ser habitable.
Luego comienza una segunda parte en que Wall-E y Eva terminan en las instalaciones donde los humanos se encuentran, vemos algunos problemas como obesidad por una forma de vida en que apenas se levantan y dependen de máquinas que pueden no ser fiables por tener conciencias propias.
La historia se desarrolla a través de unos objetivos y unos conflictos que nos servirán como excusa para gozar con una hermosa historia llena de superación, de amor incondicional, de situaciones originales e incluso desesperadas. Una historia en que el amor, el sacrificio y el afán de superación pueden ser incluso inspiradores.

Es una historia que se explica tan bien sola que me niego a hablar mucho de ella, es una obra maestra que todo el mundo debe ver y experimentar por cuenta propia.
Una obra más con la que Pixar no decepciona, se mantiene en el estándar de sus mejores obras.
Tenemos muchas razones para tener fe en Pixar, lleva en el momento de escritura de esta crítica como 20 años haciendonos disfrutar de muchas de las mejores películas de animación. Pixar no es que se encuentre en la cima, es que Pixar es la cima de la animación.