A pesar de las lagunas del guion y de lo, en bastantes momentos pueril de su argumento, la película entretiene y mucho, como era de esperar, en base a los buenos actores que ponen en marcha la función y a esos espectaculares paisajes, recordando en su concepción y ejecución a aquellas dos también entretenidas películas: Río salvaje (1994), dirigida por Curtis Hanson y Dispara a matar (1988) de Roger Spottiswoode a los que no tiene nada que envidiar. Si te gustan las películas de perseguidos por las montañas, (por derecho propio, podríamos estar hablando de un subgénero), protagonizadas por buenos actores, te la recomiendo.