Desde ese salvaje comienzo en el que vemos a Nicolas Cage en plan duro castigador con 3 tipos a los que sigue para hacerles una pregunta, la pinta que gasta, arma que usa, estropicio que causa en los disparados, y tebeistica manera de parar la camioneta en la que viajan, no deja ningún lugar a dudas que la función huele a puro "Grindhouse", lo cual, que quieren que les diga, siendo Nicolas Cage asumiendo un personaje de esos que imagino harán correr ríos de bites poniéndole a parir por esa mayoría de espectadores a los que parece que les haya hecho algo, y siendo el que esto escribe un rendido degustador de actor y desquiciadas series B setenteras de acción, mi predisposición a verla con una perenne sonrisa ya instalada en el careto, influye – y mucho – en la benevolencia con la que he disfrutado de esta barrabasada (al contrario que la mayoría de pueriles productos de similar factura, si, hasta de la penosa "Machete", que por muchos desnudos y escenas bestias que comparta con la que aquí nos ocupa, sigue siendo una pueril payasada).

Milton (Nicolas Cage) acompañado de la voluptuosa y aguerrida Piper (Amber Heard) a la que recién ha conocido defendiéndola de un novio soplagaitas, y montado en el Dodge Charger 69 de esta, detrás de la secta que ha matado a su hija y secuestrado a su nieta, y a su vez perseguido por un tipo que actúa como todo un "Terminator" (William Fichtner realmente sembrado) y que dice ser agente del FBI. Como coartada para la ensalada de tiros, y acción sin tregua para dar y tomar, con tal premisa va la función más que sobrada; de primer plato, una primera oleada de acólitos del majaron jefe de la satánica secta, Jonah King (Billy Burke) que lucen como sacados de un catalogo de granjeros locos (armados con hachas, hoces y demás utensilios ad hoc), y Nicolas Cage deshaciéndose de ellos a tiros, sin abandonar la copula a la que estaba entregado con una rolliza camarera, y trasegando de la botella de bourbon al estilo "Shoot 'Em Up 2007" (ya saben la escena aquella de Monica Belluci y Clive Owen); de segundo, revuelto de tiros y cabriolas vehiculares a tutiplén, y situar a Nicolas Cage y William Fichtner como 2 especies de Terminators inmunes a las balas y demás minucias mortales de necesidad, y de postre, tras un respiro con David Morse de por medio en el que se nos hace saber pasado y circunstancias que han llevado a Cage a ser una maquina mortífera vengadora, toda una escabechina en un aquelarre nocturno a cargo de Cage (con leve, pero mortífera, ayuda de la Heard, y vacilona sobrenatural de Fichtner).

Sigue en spoiler por falta de espacio: