Esta película no es una sátira sobre la política americana. Tampoco trata esclusivamente de Afganistán. Es una apología cínica y fanática del comportamiento imperialista americano. Del cual Tom Hanks y su amigo Spielberg hacen gala. La moraleja de la película es: hay que quedarse despues de invadir un país. A ver... ¿Qué otros países ha invadido recientemente EEUU?

No solo no se utiliza ni una sola vez la palabra Al-qaeda o Benladen, si no que se hace especial incapié en la palabra mudaijin de lo que si que había en Irak antes de la invasión. Todo esto para el americano medio, público objetivo de la película.

Por otra parte la película no es aburrida. Aunque yo me pensaría mucho el dar dinero a la productora que se atreve ha hacer estas perlitas.