Rawson Marshall Thurber es el firmante de lo que se podría decir que es la última comedia de Jenifer Aniston hasta la fecha. Pese a que el protagonista es Jason Sudeikis, que interpreta a un camello de poca monta pero de vida cómoda que debido a un incidente se ve obligado a hacer de mulero para pagar una deuda. Para ello, tendrá que conseguir pasar la frontara junto a Aniston en el papel de una striper, una joven sin techo (interpretada por Emma Roberts) y un joven medio abandonado por sus padres (Will Poulter).

Dicho de otra manera, se busca a una familia disfuncional, en la que todos sus componentes son marginados por un motivo u otro, y se les coloca juntos aparentando ser normales a ver que pasa. Siendo como es una producción norteamericana, bajo la fina capa de humor que provoca la situación, apenas se disimula el conservadurismo, la exaltación de los valores familiares y la sensación que bajo su amplia capa protectora, se puede hacer frente a cualquier problema.

Mensajes subliminales al margen, el realizador construye un producto, en el que aparentemente el protagonista es Sudeikis, pero a la hora de la verdad los mejores momentos de lucimiento está realizados expresamente para Aniston que pese a su edad todavía demuestra estar en condiciones de asumir papeles para lucir su bien cuidada figura. El resto del reparto apenas tiene espacio para demostrar gran cosa. Quizás Emma Roberts o Poulter pueden ser alguien a tener en cuenta en el futuro, pero desde luego no serán muy recordados por esta película.

No se le pueden negar algún que otro buen momento, pero en general el film no pasa de ser el típico producto escapista, del que pasados unas semanas apenas eres capaz de recordar un par de escenas.