Películas sobre adolescentes que entablan amistad o incluso se enamoran con una enfermedad terminal de por medio hay muchas, y, l a verdad, son todas parecidas. Bajo la misma estrella, Un paseo para recordar, A dos metros de ti, el clásico entre clásicos Love Story… al final, unas mejores y otras peores, pero todas tienen los mismos ingredientes: dos jóvenes guapos y enamorados, una enfermedad mortal, mucho drama y también un mensaje de esperanza y de disfrutar el momento. Quizás la mejor de este peculiar subgénero, por su originalidad e inteligencia, fue Yo, él y Raquel, una película a reivindicar y a descubrir.
Cuando apareciste es un poco más de lo mismo, ya que sigue al pie de la letra la fórmula antes explicada, pero por lo menos se agradece que se aporte algo más de humor, casi siempre servido por el personaje de Maisie Williams, que es perfecta para este tipo de personajes. Además, la legendaria Arya de Juego de Tronos forma una buena pareja con Asa Butterfield, que también se ha especializado en roles de chico raro, tímido y poco hábil socialmente.
No es una película brillante, y sin duda abusa demasiado del sentimentalismo, pero por lo menos se ve con agrado y resulta entretenida.

Lo mejor: Su humor y la interpretación de Maisie Williams.
Lo peor: La originalidad brilla por su ausencia. Todo es tópico.