Correcta cinta de Bruce Beresford acerca de un padre desesperado por recuperar a sus hijos.
La cinta está bien hecha, se deja ver muy bien, tiene apuntes interesantes (especialmente acerca del funcionamiento de las instituciones irlandesas) y sobre todo un reparto fantástico en el que destaca un Pierce Brosnan muy alejado no solo de James Bond sino de sus otros clásicos personajes caraduras y ligones. Pero todo suena demasiado, todo se ha visto ya antes y se ha visto mucho mejor, y el resultado es ciertamente empalagoso debido a un guión que busca continuamente la lágrima fácil del espectador.
No se lamenta su visionado pero tampoco se celebra demasiado. Para fans de Brosnan o cualquier otro intérprete del reparto (y por él desfilan actores como Aidan Quinn o Stephen Rea. Poca broma) y devotos de la idiosincrasia de la verde Erín.

Lo mejor: Pierce Brosnan y el retrato del funcionamiento de la justicia irlandesa.
Lo peor: Todo se ha visto ya antes y mejor y el tono lacrimógeno es un poco cargante.