Una lástima, sólo pude visionar esta poco conocida película en el idioma inglés y con subtítulos en inglés. Ello me permitió seguir la narración pero no entrar en los detalles, en los matices, en los entresijos. Si hubiera entendido todos esos detalles seguramente le habría puesto una nota más alta.

No me atrevo por tanto a aventurarme sobre cuál es el sentido último de la película. Sí parece claro que es un proyecto personal de Duvall, se moría de ganas por interpretar el papel que protagoniza, da la impresión que todo lo demás le da igual. Y no cabe duda que el bueno de Duvall se mete de lleno, es un personaje lleno de energía, de vitalidad, de fuerza interior. Él, un actor de primera categoría, acostumbrado a papeles secundarios, se quedó a gusto, se pudo explayar y mostrar lo mejor de sí.

A muchos les molestará el ambiente feligrés que se respira durante todo el largo metraje, con sus cánticos seculares y sus vituperios apostolares. Lo entiendo, se incide de tal manera en dichas exhortaciones de fe que llegan a abrumar. A mí personalmente no me molestó, estoy vacunado contra el odio a todo lo que suene a evangelización y credos procedentes del catolicismo. Es por eso que pude disfrutar de la parte musical y de las arengas evangelizadoras (sin necesidad de identificarme con ellas).

Duvall representa la necesidad de purgación, de limpieza interior, de un nuevo bautizo redentor. Tiene su propia belleza este planteamiento, no cabe duda, esa parte resonará en cualquier buscador que se precie. "Camino al cielo" nos resultará útil para reflexionar sobre los aspectos positivos y negativos de cualquier organización religiosa que se precie.

Sonny (R.Duvall) contiene esos aspectos positivos y negativos. Por un lado es un líder religioso, y como tal se nutre de borreguismo de los demás, me da igual que sus dotes evangelizadoras seas especiales. Cualquier religión organizada se basa en la dominación, en la obediencia sumisa, en la creencia ciega. Sin embargo, en la película vemos que Sonny trabaja a pie de calle, en la heladería, en el restaurante, en el taller. Eso lo distingue de los líderes religiosos al uso, estamos ante un hombre que baja los pies a tierra.

Otro aspecto sería el de la comunidad vecinal o popular. Al nivel de congregación religiosa, el grupo que forma Duvall (y del que procede también) es una masa informe, dócil, impresionable, seguidista. Pero por otro lado crea admiración ver al grupo social unido, apoyándose, formando una comunidad humana que merezca tal nombre.

Los líderes nos anulan. Los credos obligatorios nos someten. Pero si somos capaces de reconducirnos como humanos, fuera de esas estructuras compresoras, alejados de caudillismos, apostando por los lazos con nuestros iguales y fortaleciendo nuestro interior, quizás podamos encontrar el "Camino al cielo".