"Princess Arete" es una película de la que no había oido hablar en mi vida, pero como la carátula y el título me gustaron decidí darle una oportunidad, tras verla me parece una auténtica obra maestra, un precioso cuento de hadas original y lleno de magia.

La presentación cumple todos los cánones del cuento de hadas tradicional: tenemos un reino pacífico con un rey justo, tenemos a la bella princesa esperando al caballero más noble del reino y tenemos al mago malvado; todo ello dispuesto para ser mandado a la mierda. Porque sin hacer ruido y desde el primer momento, los personajes y la historia van destruyendo tópicos uno a uno hasta que no queda ninguno en pie: el rey no es tan noble, los caballeros son una cuadrilla de gañanes egoístas, el mago no es tan malvado, y la princesa Arete es más una niña traviesa que una joven guapa y dista bastante de estar prisionera porque es inteligente, culta y resuelta.

El ritmo es lento pero a la vez constante y no hay escena, por bella o sobrecogedora que sea, que no aporte algo al conjunto de la película, conjunto que reposa más en el desarrollo de personajes que en la trama, ya que la historia es sencilla y hasta cierto punto previsible pero sin contar con grandes momentos de acción o escenas épicas, nos va enganchando sutilmente en base de multitud de pequeños detalles. Por otra parte los personajes son geniales (sobre todo la princesa y el mago) llenos de matices humanos y que además presentan una constante evolución a lo largo de la trama.

A nivel técnico, esta animación del 2001 es capaz de dejarnos boquiabiertos, sobre todo con su iluminación donde la luz solar o las llamas se adueñan del dibujo creando auténticas ilustraciones de cuento en movimiento. La estética escogida se aleja del habitual del anime por uno más occidentalizado, asociándose con las mencionadas ilustraciones de cuento. El resto de componentes a nivel visual tampoco defraudan: con una animación fluida, un gran diseño de personajes y una paleta de colores escogida para alejarse del realismo que da excelentes resultados. La (genial) banda sonora está compuesta de piezas instrumentales con unas marcadas características medievales (flautas, laudes, arpas, etc) de carácter no invasivo ya que se limita a permanecer al fondo complementando de forma perfecta tanto a la imagen como al guión y entrando en nuestros oídos y mentes de forma sutil, salvo cuando la película rompe con el brutal tema vocal principal. Añadir también que el doblaje original está más que a la altura, con voces bien escogidas y con unas interpretaciones clavadas, sin ninguno de los excesos más comunes del doblaje japonés.

En resumen, una película prácticamente perfecta, sin defectos apreciables más allá de su propio ritmo y temática (que es algo que va por gustos), y con un nivel técnico acojonante. Recomendable a todo aquel que sea capaz de disfrutar de un anime tranquilo y al que quiera descubrir una gran película desconocida.