Cuando a Burton se le ocurrio la delirante idea de crear esta película no se había dado cuenta que estaba estampando su impronta en la historia del cine. Guste más o guste menos, hoy nadie duda que Tim Barton es uno de los mejores directores norteamericanos que existen, lo que ocurre es que el estilo de sus películas hace que ese concurso más que programdo llamado Oscars no lo reconozca (Eddy Murphy, con el que no tengo nada personal, estuvo este año 2007 nominado... Sin comentarios...).

La ambientación de la película es genial y absolutamente preciosa. Juega con el color y la escenografía no puede ser más adecuada. Es como si cogiésemos cualquier relato de Edgar Allan Poe y lo hiciésemos película. Ya empezaba Burton con esta película a forjar su estilo.

He crecido viendo esta película. Quizás por eso me gusta tanto. A lo mejor mucha gente no la haya visto pero el eco de la misma, como no podía ser de otra forma, ha corrido como la pólvora. Y es que, ¿quién hoy en día no conoce a Beetlejuice?