Un cantante de cuarta se pierde en un bosque belga, en lo que pretende ser un trasunto europeo de la típica peli americana en la que un conductor despistado acaba en un pueblo de pirados. Pues eso pero en plan europeo, osea, como de arte y ensayo. La peli tiene una estética feísta y crea una atmósfera desasosegante, tensa por momentos. La fotografía está bastante cuidada. Es un poco irregular: frente a situaciones muy bien tratadas, a veces buñuelescas, hay otras (la escena de los tipos bailando en la cantina) un poco ridículas. En fin, en conjunto se deja ver aunque en algunos momentos pierde fuelle. Para los que les gusta el terror opresivo o psicológico o enfermizo (según versiones) y disfrutan con la vida en el campo, especialmente en invierno.