La primera definición que se me ocurrió para este film fue: "Parodia involuntaria de 'In the mood for love'". La película es, en general, muy afrancesada, intenta ser cool, intelectualoide, pero en realidad son sólo pretensiones. Es que hay, en el mundo cinéfilo, como un fanatismo muy grande por esa superficialidad tan banal; lo mismo pasaba con "Blow-up" de Antonioni; se preocupan más por la estética que por hacer una buena película. Entonces, todos son muy lindos, están a la moda, el montaje con musiquita "no sé qué", y en el fondo termina por no ser nada.

La historia es típica del trío juvenil donde un chico homosexual y su amiga se enamoran del mismo pibe, y al final no pasa nada. Es un histeriqueo constante. Lo peor es que además tiene pretensiones pedantes a lo Godard, con diálogos banales sobre cine que no dicen nada, que no aportan nada, incluyendo las falsas entrevistas que tampoco aportan una mierda a la cinta. Y hay en particular un diálogo entre el flaco que parece David Bisbal y la morocha que resulta autorreferencial porque se ponen a hablar de lo pedante que les resultó la película que acababan de ver y de lo absurdo de sus diálogos, y todo eso era exactamente lo que yo pensaba de"Los amores imaginarios".

Hay que decir que lo único que no deja que el film se hunda en el más asqueroso barro, es que los personajes están bastante bien construidos. El problema es que la interacción entre ellos es demasiado previsible y aburrida. Lo peor de todo es que tiene una dirección con un pulso realmente espantoso. La elección de encuadres es horrible, la cámara se mueve, pero no sólo eso, sino que no se entiende porque encuadra así, los personajes aparecen muchas veces de espalda, deja mucho aire sobre la cabeza de los protagonistas, es tan desesperante que hasta dan ganas de correr la cámara. Además el montaje, realizado por el propio Dolan -que es además el actor y el guionista, tiene una sobrecarga de roles tremenda-, es bastante asqueroso; me recuerda mucho a la nouvelle vague -que ya me resulta bastante repelente de por si-, pero a lo que voy es que este tipo de montaje "cool" no le aporta un carajo a la narrativa. Vuelvo a lo de "In the mood for love" (Wong Kar Wai, 2000), en el film chino -más allá de subjetividades-, el montaje con la cámara lenta y la música, le aportaba mucho al dramatismo -además la música era de Nat King Cole-; pero en esta cinta canadiense la musiquilla pop con la camarita lenta y la foto coloreada -muy parecida a la subversión de Godard en "El desprecio"- lo único que le dan a la película es una estética de videoclip.

Realmente la cinta no dice mucho, aparenta demasiado, y es tan desesperante que ni tan siquiera logra calentarme -entiéndase: eróticamente-.