Como fanática de Tarantino me hubiera gustado saber qué hubiera sido de este film si lo hubiese dirigido Q.T., y al mismo tiempo me aterraba que al verla pudiera llegar a comprobar que Scott había cagado el guión de mi ídolo. Pero para mí sorpresa, conociendo de antemano el estilo de Scott, descubro que el director está más que contenido y no abusa de su ya conocido estilo videoclipero. De hecho sólo hay una escena en la que luce su leit motiv (la escena de sexo en tono azul).

El guión para los fanáticos del estilo tarantinezco, entre los que me incluyo, es una delicia, los diálogos, la historia de amor, los personajes secundarios llenos de matices, etc.
La historia de amor debe ser de las más maravillosas que he visto, a diferencia de otras aquí los enamorados son fieles a sus sentimientos, jamás se pelean y siempre colocan su relación por encima de todo.

La música de Hans Zimmer se lleva gran parte del mérito porque aporta un decorado que le quita seriedad y como en toda historia de Tarantino eso es muy importante porque es necesario desdramatizar la violencia a través del humor.

El reparto no necesita ser evaluado es sencillamente genial, y no puedo destacar a ninguno porque cada uno en su rol marca presencia.
El personaje de Brad Pitt es un caso aparte, parece de lo más insignificante y termina siendo clave en la trama (spóiler).

El final es medio cagón (débil) pero no desencaja, lo que pasa es que la épica dice que los finales deben ser (spóiler).

Lo mejor: la historia de amor.
Lo peor: no la dirige Quentin.