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Alvar0mg rating:
6
Drama Naples. At almost fifty years old Sandro is the leader of the Apache, a group of ultras with whom he has spent his whole life at the stadium: a life of violence, clashes, passions, and unshakable values. Now that a Daspo prevents him from approaching the curve, those values are starting to falter. Sandro feels for the first time the need for a normal life, a relationship, maybe even a family. Also meeting Terry, who is beautiful and ... [+]
Language of the review:
  • es
April 11, 2020
18 of 19 users found this review helpful
Con “Ultras”, Francesco Lettieri firma su debut como director de un largometraje. Tras hacerse un nombre en el mundo de la realización de videoclips de artistas al alza de la escena musical italiana - como Liberato (que, de hecho, pone banda sonora a la película) - Lettieri se sumerge ahora en las calles y barrios humildes de su ciudad natal, Nápoles, para narrar una historia de amistad y violencia, de fe e indecisión, de tradición y reinvención; y en suma, de contrastes, crisis y contradicciones vitales.

En este sentido, narra una historia aparentemente de fútbol, pero sin partidos de fútbol; donde en realidad el deporte no es más que la excusa alrededor de la cual hacer pivotar una religión - con una parroquia a la que no por casualidad se le otorga un papel destacado en momentos clave, como la apertura de la película sin ir más lejos - nacida con el objetivo de canalizar la necesidad de pertenencia de unos individuos humildes y en parte insustanciales, pero que son conscientes de que sólo a través de su unión pueden ser capaces de hacerse notar. Una historia, por tanto, sobre la pasión futbolística como eje de vertebración de la fe y sentimiento de pertenencia de una organización “tribal” en muchos sentidos.

El protagonista es Sandro, alias El Mohicano, que pese haber entrado en la cincuentena sigue siendo un referente con un ascendiente muy fuerte dentro de un grupo destacado (aunque ficticio) de ultras del Nápoles, los "Apaches". Sin embargo, algunos de los miembros más veteranos del grupo (entre los que se encuentra Sandro) tienen prohibida la participación y acceso a manifestaciones y eventos deportivos (prohibición introducida hace algunos años para combatir este tipo de agrupaciones violentas y conocida como “DASpo” en Italia), lo que provoca que sean otros miembros más jóvenes los que estén ganando protagonismo dentro de la primera línea de acción de la organización. A su vez, existe una suerte de tercera generación adolescente, utilizada fundamentalmente como fuerza ejecutora de algunas tareas, dentro de la cual se encuentra Angelo, joven algo desorientado por la pérdida de un ser querido que ve en Sandro una figura paterna y un referente.

De esta forma, la cinta explora también (y con relativo éxito además) el impacto que el paso del tiempo, la transformación de las preocupaciones vitales con la edad y el relevo generacional tienen también sobre los miembros de este grupo de fanáticos; puesto que, en particular, en el caso de Sandro, el hecho de verse forzosamente relevado de la primera línea de acción le supone una oportunidad para replantearse ciertas prioridades.

Dentro del reparto, destaca la figura al alza de Aniello Arena, con más kilos de músculo de lo habitual de cara a reforzar la presencia y el vigor físico de su personaje protagonista, al que dota además (y con acierto) de cierta timidez e incluso ternura en algunos momentos. El actor cuaja así una actuación creíble y relativamente meritoria, más aún si tenemos en cuenta su pasado turbulento como antiguo sicario de la Camorra napolitana, y el hecho de debutar en el cine tras más de veinte años en prisión (gracias a la obstinación de su descubridor, el director Matteo Garrone) y cumpliendo todavía cadena perpetua en régimen de lo que se conoce como “semi-libertad” en Italia. Junto a él, destaca un elenco completado en su mayoría por jóvenes actores al alza y actores napolitanos relativamente amateurs, lo cual no impide en absoluto que la mayoría de los personajes (incluso algunos menores y relativamente secundarios) logren resultar bastante creíbles, lo cual denota a su vez un buen trabajo de dirección actoral y de construcción de los personajes.

La ambientación también resulta bastante meritoria y altamente envolvente, con una ciudad y atmósfera napolitana que brillan con luz propia. En este sentido, la elección de Nápoles como lugar en el que transcurre la mayor parte de la historia resulta muy acertada, pues (más allá de ser la ciudad natal del director) es de las grandes ciudades de Italia donde la afición futbolística se encuentra más centralizada en torno a un único equipo, permitiendo por tanto focalizar más en las tensiones internas dentro del propio grupo de ultras. Y además, en línea con lo anterior, el Nápoles es de los equipos donde dicha afición por el fútbol tiende a trascender más de lo meramente futbolístico y a reflejar también, en buena medida, la aspiración de muchos italianos del sur del país de revertir la marcada desigualdad con respecto al norte que vienen heredando desde hace varias generaciones (siendo el Nápoles, en este sentido, el único de los equipos del sur del país que logra plantar cara a los todopoderosos equipos del norte). Asimismo, dicha satisfactoria ambientación se ve también en gran medida favorecida por la banda sonora y música de fondo de Liberato, cuyo estilo electrónico y urbano encaja muy bien aquí y, sin duda, contribuye con creces a crear una atmósfera muy envolvente en momentos clave de la película.

En definitiva, como el propio realizador subraya, se trata de una historia “sobre personas y no sobre fútbol”, y de una película y no de un “tratado de sociología”. En este sentido, Ultras es una cinta de aspiraciones modestas (como ópera prima que es además), correcta y que cumple sobradamente, sobre todo a la hora de ofrecernos una mirada un tanto distanciada con la que sumergirnos en un microcosmos criticado y muy criticable.
Alvar0mg
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