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Spain Spain · mADRID
RARRA rating:
3
Action. Thriller The assassin known only as "the Bride" (Uma Thurman) continues her quest for revenge after having eliminated two of her former colleagues (and more than a few others that tried to stand in her way). All she has to do now is find and kill the last two members of her old squad, and the way will be clear for her to get to Bill (David Carradine), her former lover and boss and the man who ordered the hit that almost killed her.
Language of the review:
  • es
February 12, 2013
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Da la sensación de que, arrepentido, Tarantino ha querido corregir los grandes defec-tos de la primera parte. Reduce sangre y apunta un argumento, por ejemplo. Ahora nos cuenta por qué pusieron al borde de la muerte a la protagonista y nos ofrece una maternidad ignorada y emocionada. Pero no se sabe si es peor el remedio que la enfermedad. Porque dan entrada a unos diálogos de vergüenza ajena por su superficialidad y simplismo. En ellos, por ejemplo, Bill teoriza sobre la mitología creada en torno a Superman, un personaje de un comic que califica de simplones y burdos: “no tiene un gran argumento y tampoco tiene un buen dibujo”. Y con ello da pie a que haya que pensar también en una mitología de un tal Quentin Tarantino, igualmente simplona y burda. En cualquier caso son diálogos vacuos que no aportan nada a la película y que reducen el ya mínimo y desdibujado perfil de los perso-najes.
Por esperpéntica, es de desatacar la irrupción de un nuevo personaje: Pai-Mei. Con unos aditamentos pilosos peculiares aparece sin más y desaparece también sin más, aunque parece que por las malas, siendo su función, al parecer, la exclusiva de dar entrada al kung-fu y ampliar los estudios de Beatrix sobre katana, que sigue llevándola con ella a la espalda, pero que no mata a nadie con ella.
Como en la primera parte de Kill Bill, la fotografía y el montaje son la parte mejor de la película, sea ello mérito de Tarantino o de sus colaboradores. Pero esos aspectos no pueden salvar ni el lastre de la pobreza del guión y ni los excesos de la película. Cansan los primeros planos de ojos y pies. Son constantes las apropiaciones de técnicas de otros realizadores.
Se habla de humor. Humor negro tiene que ser, naturalmente, con tanto muerto por medio. Pero el humor negro juega con muertos, no con la muerte y menos con el sadismo. Y a Tarantino le gusta el sadismo más que la muerte, lo que excluye que en su obra exista verdadero humor negro. Toda su obra ofrece un campo para un estudio sociológico interesante.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
RARRA
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