Sin saber prácticamente nada del argumento de un film, se disfruta mucho más como me ha ocurrido con KILLER JOE, que ha sorprendido para bien.
Con una atmósfera oscura deliberada para crear desde el primer momento esa sordidez y ese mal rollo, esta historia de perdedores, donde destaca todo el elenco, pero una vez más nos vuelve a sorprender el otrora eterno galán MATHEW MCCONAUGHEY, con un papelón donde su sola presencia produce incomodidad, y acompañado de esos secundarios donde destacaría a THOMAS HADEN CHURCH, en ese papel entre tontorrón y medio cómico necesario para aliviar tanta mala baba.
Con un toque a la excelente y magistral FARGO y a otros thrillers de la época, nos encontramos ante el resurgimiento de WILLIAM FRIEDKIN, con una puesta en escena sencillamente espectacular y una fotografía y banda sonora a la altura de esta sorprendente y buena película, que además cuenta con un final, donde todo se desencadena violentamente, y fluye la sangre a borbotones, quizás queda algo abierto con esa escena final.
Por lo tanto nos encontramos ante un trabajo fílmico muy notable, del director de EL EXORCISTA, y otras joyas del séptimo arte.