En ningún momento esta extraña película está a la altura de aquellas a las que pretende homenajear, copiar o emular, que no ser sabe bien qué opción es la que interesa más al director.

Con un comienzo bastante prometedor, en la línea de las películas de terror adolescentes, y con la participación de Modine, actor estimable, el espectador se congratula ante la posibilidad de pasar un buen-mal rato de cine fresco en estos calores estivales.

Nada más lejos: la película empieza a complicarse con mezclas de otras ya vistas pero que en ningún caso llega a igualar ni de lejos: un poquito de KM 666, una pizca de LA MATANZA DE TEXAS y un mucho de EL BOSQUE, aquella interesante película de hace ya casi dos décadas que firmó el notable M.Night Shyamalan.

El caso es que la cosa se va complicando y embrollando, sin alcanzar en ningún momento cotas de terror, ni siquiera miedo o susto, con una ligera carga de gore, muy ligera, incluso insulsa.

Poco podemos salvar de este pastiche de películas de terror que no vale siquiera como suspense.