La película no es apta para los que utilicen el cine como un mero entretenimiento, es decir, para aquéllos que son como yo. Recuerdo perfectamente el tráiler de esta película y en ningún momento daba a entender que era una obra digna de ser estudiada, sino, simplemente, una película de suspense sin más complicaciones que adivinar de antemano qué estaba sucediendo. Por eso cuando la fui a ver pensé que me había equivocado de sala, pues es una película tan llena de símbolos que solamente los profesionales en desarreglos mentales y los políticos podrán verla más de una vez. Yo la fui a ver al cine y reconozco que no me arrepiento porque la ininteligibilidad de la película era tal que a partir de la mitad de la sesión los espectadores nos mirábamos y nos reíamos de cada una de las locuras que allí veíamos, además, salí del cine con la misma impresión que tengo ahora, 15 años después: Es la peor película de la historia.