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Luis Guillermo Cardona rating:
7
Drama Normandy, second half of the nineteenth century. Jeanne Dandieu lives in a manor house with her parents and their servant Rosalie. She gets to know Julien, a handsome man, whom she soon marries. Her happiness is short-lived as she finds out that not only has Julien married her for her money but he cheats on her as well, with Rosalie to crown it all. The latter gives birth to a baby girl before leaving the house. Six years later, Julien ... [+]
Language of the review:
  • es
May 8, 2021
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Lo que se sabe a ciencia cierta de la infancia de, Guy de Maupassant (1850-1893), es que a la edad de 12 años presenció la separación de sus padres, puesto que la madre ya no soportaba las infidelidades de su marido. Por esta razón, el escritor siempre se referiría a sí mismo como huérfano de padre. A esa edad, su madre lo introdujo en el estudio de las lenguas clásicas… y ya en su adolescencia, Maupassant fue alumno y protegido de, Gustave Flaubert, quien lo presentó a escritores como Émile Zola, Iván Turguénev y otros, al tiempo que le abrió la puerta de varios periódicos para que publicara sus cuentos. Habiendo estudiado Derecho y mientras trabajaba como funcionario en un ministerio, Guy de Maupassant publicó su primer gran cuento, “Bola de Cebo” (Boule de Suif, 1880), el cual fue muy bien acogido por la crítica literaria; y como su padre, se convirtió entonces en un buscador de sexo sin límites, no habiéndosele conocido nunca una relación realmente estable, pues, siempre pensó que el sexo no era otra cosa que un instinto primario. Bien conocida es esa frase suya que dice: “El matrimonio es un intercambio de malos humores durante el día y de malos olores durante la noche”. De igual manera, rechazaba los compromisos sociales y por esto se negó a recibir la Legión de Honor que le ofreciera el gobierno francés.

Tras numerosos cuentos que fueron muy bien acogidos (La Casa Tellier, Los Cuentos de la Tonta…), en 1883, Guy de Maupassant publicó su primera novela, “Une Vie” (Una Vida), en la cual narra la difícil vida de, Jeanne Le Perthuis, la hija única de una aristocrática pareja quien, tras pasar varios años en un convento, decide abandonarlo, y pronto conoce a un vizconde llamado, Julien de Lamare, quien, con más afán de obtener dinero para saldar sus gruesas deudas, que por amor, se casa con ella, pero no tardará en serle infiel… y así comenzarán las desventuras de esta noble muchacha.

Llevada primero al cine, en 1947, bajo el título, “Naiskohtaloita”, y bajo la dirección del finlandés T.J. Särkkä, once años después, es el director, Alexandre Astruc, quien decide hacer la versión francesa de <<UNA VIDA>>, pero, solo toma la primera mitad de la novela como base para el guion que él mismo escribiera, en compañía de Roland Laudenbach. En términos generales, la película sigue la línea de la novela de Maupassant, pero, también preserva el estilo narrativo de, Astruc, cuando decía que, “cualquier pensamiento, al igual que cualquier sentimiento, es una relación entre un ser humano y otro ser humano, o determinados objetos que forman parte de su universo”; y en esa austeridad de palabras, donde algunas cosas hay que interpretarlas por un movimiento o por un gesto, el director pretende -y logra- que entremos en la mente de los personajes enriqueciendo así las posibilidades interpretativas.

Maria Schell (Jeanne), logra una sentida interpretación como esa muchacha que calla -y soporta- mucho de lo que sabe porque no quiere perder al único hombre que ha amado en su vida. Pascale Petit (Rosalie), es la doncella que no resiste las tentaciones, pero, su fragilidad nos permite comprender que la mayor responsabilidad está en el que tiene el “poder”; y Antonella Lualdi (Gilberte), es la casada-coqueta que toma lo que quiere para satisfacer sus instintos. Infortunadamente, no pude conectar ni un solo instante con, Christian Marquand, el frío e impávido Julien -de inexplicable nivel de seducción-, pero siento que, la película, logra una marcada belleza visual y un cruce de caracteres femeninos que no se aleja en nada de la realidad.

Y claro, hay que leer, “Una Vida”, para continuar con la historia que, Maupassant, cuenta como los grandes maestros: Con una narrativa memorable.
Luis Guillermo Cardona
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