Brett Ratner, un director ligado a películas muy comerciales y alimentícias tipo "Hora Punta" (Rush Hour, 1998), la interesante precuela "El Dragón Rojo" (Red Dragon, 2002) y la secuela "X-Men: la Decisión Final" (X-Men 3: the Last Stand, 2006), rodó éste revisitación de las comedias de Frank Capra y especialmente a "¡Qué Bello es Vivir!" (It´s a Wonderful Life, 1946) usando el marco navideño como alegoría de la pérdida del verdadero espíritu humano en pro a una vida más egoista y ceñida a los intereses del dinero y el poder.

El protagonista es Jack Campbell (Nicolas Cage) un tiburón de las finanzas que, dejando pasar por alto sus recuerdos y concretamente la despedida que tuvo con Kate (Téa Leoni) su novia de juventud, por culpa de una beca en Londres, acaba hasta lo más alto olvidando pues cualquier dosis de arrepentimiento pero, en la víspera de Nochebuena (qué le vamos a hacer, la Navidad está aquí) despierta su lado más humano sin caer en la cuenta de que es él mismo quien tiene que hacerse varias de las preguntas que le han llevado a tener de una vida que no le ha faltado materialmente de nada. ¿Y si por la mañana se despertara sucumbiendo a esa decisión de no tomar el avión y quedarse con su novia, levantándose como un modelo de padre de familia entregado y sacrificado a los suyos?

Una nueva vida a la que se tiene que enfrentar y, más en clave de comedia que de drama, inntenta recuperar su vida pasada superando obstaculos como resignárselas de imprevisto padrazo, decir sí a todo y socializando con los amigos y vecinos del barrio, lejos de Wall Street y de la ajetreada Nueva York consciente de que no ha despertado aún de su sueño.

Una buena propuesta argumental para un film amable, azucarado y cargado de tópicos. Los olvidables Nicolas Cage y Téa Leoni conforman la pareja protagonista de un film no desmarcado de acento romántico.