Tópica historia sobrenatural interpretada por adolescentes aunque se desmarca bastante, si así se intuyera o previese, de lo que poco después vendría a abalanzarse en nombre de “saga crepúsculo” y demás cintas imitadoras. Porque similitudes no le faltan a estas narraciones fantásticas que de guiones o novelas han pasado a la pantalla grande y en que los jóvenes son los son protagonistas de un hecho o forman parte de algo que va más allá de lo que sus inquietas mentes propias de la edad les deparan.

“Lo que no se ve”, estrenada también con el sobretítulo original de “The Invisible”, se adentra en la impotencia en que es sometido su principal protagonista cuando cae en estado comatoso después de una agresión. Y es que Nick Powell (Justin Chatwin), huérfano de padre y vigilado por una rigurosa madre (Marcia Gay Harden) se convierte en el fantasma testimonial de lo que va sucediendo posteriormente cuando empiezan a echarle de menos. Y todo por un incidente con Annie (Margarita Levieva) la chica más conflictiva del instituto. Un cuento que podía acabar en romance se convierten en un despiece de acontecimientos en que cada uno desvela sus miserias sin caer en lo más bajo de lo cursi, recurso típico en ésta clase de películas y eso es de agradecer. Aunque ni por mínimo agrado o la simpatía bienintencionada destilada de su hosco argumento va a convencer a los fans del género fantástico “light” con protagonistas adolescentes.