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Natxo Borràs rating:
9
Drama Painfully shy Todd Anderson has been sent to the school where his popular older brother was valedictorian. His room-mate, Neil, although exceedingly bright and popular, is very much under the thumb of his overbearing father. The two, along with their other friends, meet Professor Keating, their new English teacher, who tells them of the Dead Poets Society, and encourages them to go against the status quo. Each, in their own way, does this, and are changed for life. [+]
Language of the review:
  • es
October 19, 2012
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Robin Williams relanzó su carrera gracias a dos películas y, curiosamente parecidas entre sí. La primera es “Good Morning Vietnam” (1987) de Barry Levinson y seguidamente este “Club de los Poetas Muertos” (Dead Poets Society, 1989). Ambas se caracterizaban por un personaje que rompía moldes en el seno de unas instituciones conservadoras como la militar y la educativa. En el film de Weir interpreta a un exalumno brillante que, ya profesor, regresa para cruzar el límite de unas reglas impuestas por un sistema doctrinario encerrado en las paredes del viejo colegio, inspirado en el sistema educativo inglés.

Keating inculca a sus alumnos un liberalizado amor a la poesía, al amor, a la libertad… Con Walt Whitman (coged las rosas mientras podáis) y el “Carpe Diem” (aprovechad el momento) como buques insignia, los alumnos de Keating (entre ellos Ethan Hawke y Robert Sean Leonard) empezarán a seguir unos pasos que por entonces desconocían o tenían limitados frente a otras aspiraciones académicas.

La inspiración y la culminación de éste acto hacia toda belleza ya había sido tratado en otro film de Weir: “Picnic en Hanging Rock”, pero el realizador australiano pretende ir más allá y ambientando su historia en la Nueva Inglaterra de finales de los años cincuenta. Teniendo en cuenta que ya tenía consolidada su carrera en Norteamérica a pesar de su fallida “La Costa de los Mosquitos” (The Mosquito Coast, 1986), Peter Weir le brindó a actores como Robin Williams y Ethan Hawke la oportunidad de sus vidas. Aunque el primero se consolidaría más como comediante y estrella del cine familiar y el segundo para conocerse en papeles más dramáticos en films como “El País del Agua” (Waterland, 1992); “Antes de Amanecer” (Before Sunrise, 1995) o la exitosa antiutopía “Gattaca” (1997).
Natxo Borràs
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