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TOM REGAN rating:
6
Comedy The legendary French comedian Jacques Tati returns as his most famous character, the bumbling M. Hulot, in this gentle but pointed satire of 20th Century car culture. In Trafic, Hulot is working as a designer for a major French automotive firm and is struggling to finish his latest project in time for an international auto show in Amsterdam -- a compact recreational vehicle that features everything from an electric razor and a ... [+]
Language of the review:
  • es
March 17, 2018
4 of 6 users found this review helpful
63/07(11/03/18) Divertida aunque irregular comedia del cineasta galo Jacques Tati, dirigida por él y guionizada también junto a su habitual Jacques Lagrange, en un clásico relato “tatiano” en el que vuelve hacer burla del progreso, en una especie de secuela de “Playtime” (1968), pues esta acababa con un caos de tráfico de coches, y esta tiene su centro también el mundo de los autos, en una cinta que fue la última en presentar al famoso personaje creado por el realizador y actor Monsieur Hulot (tiene el impermeable arrugado, el sombrero maltratado, los calcetines amarillos asomando por debajo de sus pantalones demasiado cortos, su manera de caminar, y su gestualidad ), también única película de Tati donde el escenario inicial dibuja una trama con un objetivo específico para alcanzar, al menos, en apariencia (llegar con el auto-camping a la feria de automóviles de Amsterdam), precisamente esta odisea se ha querido ver como una alegoría de las dificultades en la trayectoria de las cintas rodadas por el director, y es que esto le llevó a rodar solo seis películas en seis películas en 30 años.

El director, intérprete y cómico Jacques Tati (Jacques Tatischeff), es considerado heredero de diversos actores y directores del cine mudo como Keaton, Chaplin o Lloyd; pero sobre todo, del actor cómico judío-francés Max Linder, actor que solía interpretar un personaje de aspecto distinguido y de atildada vestimenta, que se veía atrapado en los más insólitos enredos. Pues bien, con estas influencias, Tati creó su propio humor, que ha sido considerado un humor intelectual y muy francés. Tati fue arruinado por el fracaso de “Playtime”, esta película fue posible gracias al apoyo financiero de Alec Wildenstein, quien, a cambio, otorgó el primer papel femenino a su pareja de la época, Maria Kimberly. Tati vuelve a desplegar su ingenio para la construcción de gags eminentemente visuales, donde la fisicidad y la expresiva química son fundamentales para el humor, además de volver a jugar con las falsas apariencias (el mejor de estos efectos para mí es el de la mujer que parece tener un prominente escote a ojos de una lasciva mirada masculina, este hombre se acerca y en realidad es una mujer teniendo en brazos a un bebe tapada su cabeza por su largo cabello, y su trasero hace las veces de canalillo, brillante) modo dar bajón a los lujuriosos) además de dotar de personalidad el sonido.
Tati ya marca el tono (y con ello el mantra de su filmografía) en su arranque, con ese inicio en que asistimos a una cadena de montaje de automóviles (Altra), donde todo es rutinario y mecanizado, en clara simbología de la robotización de la sociedad, de cómo en pos del progreso consumista se deshumaniza, se mecaniza y pierde su esencia individualista falible; En este caso sus mordazas sus dardos van centrados a la industria del automotor, a la dependencia de la nueva sociedad de tener el mejor y más llamativo, en un nuevo modo de culto al automóvil (incluso religiosos deja caer Tati en uno de sus gags con un cura de por medio con su VW Beetle) , esto reflejado con incisivo humor cuando unos tipos mirando a una bella mujer montada en un descapotable comentan extasiados sobre la beldad de lo que observan, el espectador piensa hablan de la chica, pero luego nos damos cuenta es en realidad del descapotable, en un claro ejemplo de como el coche se ha llegado a convertir para muchos en algo incluso más sexy que una mujer, en como un trozo de chapa con ruedas puede atraer más que una sensual joven; Incluso cual extendido dicho “las mascotas se parecen a sus dueños”, Tati empareja los autos (más en concreto los limpiaparabrisas), a la forma de comportarse de estos en el interior. Como en todo el cine de Tati este se siente como un conjunto de set piezas, de viñetas sucesivas, donde orgánicamente se sienten puestas allí porque sí, sin ningún orden evolutivo, simplemente dardos contra diferentes elementos del progreso. Haciendo burlas de como la sociedad se ha echado en manos de unas liturgias y protocolos de comportamientos del tráfico (semáforos, guardias de tráfico, señales,…), haciendo caricaturas del absurdo de como un coche se puede transformar en algo (rozando lo absurdo, si no hundiéndose en él) alejado de lo que debería ser su uso (esto me recuerda a la evolución de los móviles, de cómo han evolucionado hasta convertirse su función de llamadas en algo secundario), esto en relación a cuando el coche diseñado por Hulot despliega ante la policía de aduanas todos sus gadgets, mostrándose como una tienda de camping, con cocina, una parrilla, televisión, cama, ducha, afeitadora en el volante, los tirantes pueden usarse como cinturón de seguridad, incluso puede alargarse telescópicamente. Siguiendo con su sátira contra los avances tecnológicos deja caer un tramo en que Tati junto a otros personajes ve en la televisión un alunizaje sobre la luna, ello con el sentido de decirnos Tati que el hombre ha salido de la Tierra, pero auí en el planeta nuestro seguimos tan torpes.
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TOM REGAN
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