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TOM REGAN rating:
6
5.2
9,108
Drama
A onetime rodeo star and washed-up horse breeder, in 1978, takes a job from an ex-boss to bring the man’s young son home and away from his alcoholic mom. Crossing rural Mexico on their back way to Texas, the unlikely pair faces an unexpectedly challenging journey, during which the world-weary horseman may find his own sense of redemption through teaching the boy what it means to be a good man.
Language of the review:
- es
September 26, 2021
3 of 6 users found this review helpful
348/26(25/09/21) Es Clint Eastwood a sus 90 (ahora tiene 91, pero la rodó con nueve décadas) juveniles años dirigiendo y protagonizando (y produciendo)una película, cuando muchos a su edad están criando malvas, están en el geriátrico, tienen demencia, se reúnen en plazas a dar de comer a palomas, ‘vigilan’ las obras de albañiles, cuentan sus batallitas a nietos, él está al pie del cañón, ni una pandemia lo ha podido frenar, su vocación lo empuja a seguir para seguramente (y espero aun le quede mucho) a morir sobre el escenario. Hace años ver un film del californiano era ir con expectativas a ver una gran obra cual “Unforgiven”, “Los puentes de Madison”, “Un mundo perfecto”, “Million Dolar Baby” o “Mystic River”, ahora desde “Gran Torino” parece se le agotaron los niveles incisivos, se le han pulido los colmillos, y ya solo aspiro a ver a alguien que me hizo amar al cine más, sé que ya hace mucho que sus mejores momentos pasaron, pero es Clint, y siempre puede haber oasis donde atisbar el genio clásico que fue, y desgraciadamente puede cada nuevo estreno suyo ser su obra póstuma, con lo que conlleva de subtexto. En esta película última Clint mira la vejez con esperanza, con optimismo, no como algo terminal, si no como una etapa más en el ciclo de la vida donde somos más sabios por la experiencia, nunca se dice su edad, pero los años al físico no le perdonan (ya quisiera yo llegar a su edad en su estado!), y se ve enjuto, de caminar débil, de pose ajada, pero aun con ello lo vemos dar puñetazos (risible!), montar a caballo (lo de la doma es pasarse y sobre todo con un montaje tan cutre para hacerlo aparentar lo que no es, ni puede), y hasta enamorar a mujeres con la mitad de años, se sigue viendo como un Don Juan (picarón!). Aun con ello, sin ser original (tampoco creo lo pretenda, hacer esta película es solo su forma der hacer lo que más le gusta, sino porque?), nos regala imágenes tan elegiacas como esos caballos (mustangs?) corriendo en paralelo a su camioneta, alegoría de su espíritu indomable, como lo es el gallo que da título.
Esta “Cry Macho” es un drama con dosis de neo-western adaptado por Nick Schenk (“Granb Torino” o “The Mule”) basado en la novela homónima de 1975 de N. Richard Nash. La trama sigue a una ex estrella del rodeo (Eastwood) contratada para reunir a un joven (Eduardo Minett) en México con su padre (Dwight Yoakam) en USA. Una del oeste con escenario en México (en realidad filmada en Nuevo México), donde el crepuscular cowboy debe cumplir una última misión por honor, ir a un punto A por un cargamento de gran valor, y trasladarlo al punto B, así de simple se torna en road-movie del desierto, y tampoco es que Clint lo haga más complicado. Es una estructura narrativa donde todo además es más previsible que lo que viene después de la noche, todo se ve venir de lejos, con una retahíla de personajes clichés, meros arquetipos donde colgar sin complejidad alguna, donde las escenas de tensión son resueltas de modo plano, los diálogos son insípidos, la química entre Eastwood y el muchacho que encarna a Rafael es a nivel ameba, la relación paterno-filial se siente acartonada, pero Clint Eastwood derrocha personalidad y carisma, teniendo además algunos buenos momentos para el recuerdo, emitiendo gran nostalgia.
La película exhibe con el inicio unos bellos paisajes del desierto a través de la bonita cinematografía de Ben Davis (“Tres anuncios en las afueras” o “Guardianes de la Galaxia”), crea un aura ocasística del protagonista. Y una vez que nos metemos en la historia suena a impostada, desde esa visita caricaturesca a la madre del chaval en su mansión rodeada de mancebos-sicarios, donde Leta (guiñolesca Fernanda Urrejola) da una actuación apegada a un personaje de vergüenza ajena en sus dos escenas, esperpéntica la primera riéndose no se sabe por qué de Clint, y la segunda es donde la palabra ridícula se queda a años luz de lo que siento, ver a Fernanda de unos espléndidos 40 años reptando cual gata en celo por la cama llamando a un nonagenario a la cama da hasta grima, ver como un tipo al que le cuesta caminar negarse a acostarse con ella y esta ponerse echa un obelisco resulta entre chusco e idiotesco (igual es que en la novela el personaje era décadas menor y con ello se veía de otro modo, pero lo que es aquí resulta de patología por parte de ella). En medio al mujer nos ha pintado a su vástago Rafael como un salvaje, un gamberro, un asocial, pero cuando lo conocemos se nota un cacho de pan, se ve a la legua que solo necesita amor (lo más de criminal que tiene es que pide tequila en un bar ¿?).
Por cierto como Mike Milo (Clint) da con la pelea de gallos en la superpoblada ciudad de México es una incógnita, como lo es como pudo escapar a la redada policial Mike, o como Rafo escapó escondiéndose tras unos pallets (menuda incompetencia policial!). Pero es que después de la nada aparece en la camioneta de Mike cuando comienza su vuelta a USA, nada se explica en esta cinta, todo es por imperativo del guión. Como no sabemos por qué de primeras la madre deja que se lo lleve Mike y luego no (¿?). Mención aparte merecen los comentarios del padre de que se ha abusado del chico en México, pero no queda claro sin son físicos o sexuales, o ambos, esto se corre un tupido velo, hasta que vemos en una escena a Rafo con el cuerpo lleno de moratones, pero no se sabe porque, si ha sido algo fuera del hogar maternal, o es en el mismo, me resulta una frivolidad el modo de tratar este peliagudo tema.
La road-movie se convierte en un ir pasando pantallas sin demasiada intensidad en las desventuras del binomio hacia la meta. Les roban el auto, son acosados por el sicario de Leta (Aurelio por un inane Horacio García-Rojas), sufren un cuasi-linchamiento. Eastwood ahonda en su pasado al hacer introspección del personaje del vaquero, lo vemos con esas marcas de identidad, ropa jeans, sombrero de ala ancha, conducir una ranchera (Chevy suburbano)/los caballos modernos,... (sigo en spoiler)
Esta “Cry Macho” es un drama con dosis de neo-western adaptado por Nick Schenk (“Granb Torino” o “The Mule”) basado en la novela homónima de 1975 de N. Richard Nash. La trama sigue a una ex estrella del rodeo (Eastwood) contratada para reunir a un joven (Eduardo Minett) en México con su padre (Dwight Yoakam) en USA. Una del oeste con escenario en México (en realidad filmada en Nuevo México), donde el crepuscular cowboy debe cumplir una última misión por honor, ir a un punto A por un cargamento de gran valor, y trasladarlo al punto B, así de simple se torna en road-movie del desierto, y tampoco es que Clint lo haga más complicado. Es una estructura narrativa donde todo además es más previsible que lo que viene después de la noche, todo se ve venir de lejos, con una retahíla de personajes clichés, meros arquetipos donde colgar sin complejidad alguna, donde las escenas de tensión son resueltas de modo plano, los diálogos son insípidos, la química entre Eastwood y el muchacho que encarna a Rafael es a nivel ameba, la relación paterno-filial se siente acartonada, pero Clint Eastwood derrocha personalidad y carisma, teniendo además algunos buenos momentos para el recuerdo, emitiendo gran nostalgia.
La película exhibe con el inicio unos bellos paisajes del desierto a través de la bonita cinematografía de Ben Davis (“Tres anuncios en las afueras” o “Guardianes de la Galaxia”), crea un aura ocasística del protagonista. Y una vez que nos metemos en la historia suena a impostada, desde esa visita caricaturesca a la madre del chaval en su mansión rodeada de mancebos-sicarios, donde Leta (guiñolesca Fernanda Urrejola) da una actuación apegada a un personaje de vergüenza ajena en sus dos escenas, esperpéntica la primera riéndose no se sabe por qué de Clint, y la segunda es donde la palabra ridícula se queda a años luz de lo que siento, ver a Fernanda de unos espléndidos 40 años reptando cual gata en celo por la cama llamando a un nonagenario a la cama da hasta grima, ver como un tipo al que le cuesta caminar negarse a acostarse con ella y esta ponerse echa un obelisco resulta entre chusco e idiotesco (igual es que en la novela el personaje era décadas menor y con ello se veía de otro modo, pero lo que es aquí resulta de patología por parte de ella). En medio al mujer nos ha pintado a su vástago Rafael como un salvaje, un gamberro, un asocial, pero cuando lo conocemos se nota un cacho de pan, se ve a la legua que solo necesita amor (lo más de criminal que tiene es que pide tequila en un bar ¿?).
Por cierto como Mike Milo (Clint) da con la pelea de gallos en la superpoblada ciudad de México es una incógnita, como lo es como pudo escapar a la redada policial Mike, o como Rafo escapó escondiéndose tras unos pallets (menuda incompetencia policial!). Pero es que después de la nada aparece en la camioneta de Mike cuando comienza su vuelta a USA, nada se explica en esta cinta, todo es por imperativo del guión. Como no sabemos por qué de primeras la madre deja que se lo lleve Mike y luego no (¿?). Mención aparte merecen los comentarios del padre de que se ha abusado del chico en México, pero no queda claro sin son físicos o sexuales, o ambos, esto se corre un tupido velo, hasta que vemos en una escena a Rafo con el cuerpo lleno de moratones, pero no se sabe porque, si ha sido algo fuera del hogar maternal, o es en el mismo, me resulta una frivolidad el modo de tratar este peliagudo tema.
La road-movie se convierte en un ir pasando pantallas sin demasiada intensidad en las desventuras del binomio hacia la meta. Les roban el auto, son acosados por el sicario de Leta (Aurelio por un inane Horacio García-Rojas), sufren un cuasi-linchamiento. Eastwood ahonda en su pasado al hacer introspección del personaje del vaquero, lo vemos con esas marcas de identidad, ropa jeans, sombrero de ala ancha, conducir una ranchera (Chevy suburbano)/los caballos modernos,... (sigo en spoiler)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
...charlas a la luz de una fogata, dormir al raso, estar en comunión con los animales, saber montar a caballo, pero Eastwood, epítome del Macho, el Lobo solitario e individualista, lo filtra ahora en la vejez lo ve sobrevalorado. El tipo siempre hierático, cínico y malhumorado, es aquí un hombre sereno, reflexivo, y muy tranquilo, nada le exaspera. Pero lo llamativo aquí es que Clint no ahonda en la vejez del protagonista, es algo cuasi-tangencial, lo único referente a esto es que ha vivido mucho, pero no se nos hacen ver los achaques de los años, no tiene dilemas morales, no parece llevar mochilas sombrías de su pasado, no parece tener cuentas con su pasado, no es algo que le impida nada, nadie abusa de él por ser de la muy tercera edad, no vemos que se sienta frente a la afinidad de la muerte, simplemente es mayor. Y profundizando en esto, tampoco es que sepamos algo de Mike, más allá de apuntes a pie de página, que fue un gran cowboy de rodeos, que sufrió una lesión que lo conllevó a una vida de excesos, que su esposa e hijo murieron en un accidente, que su ‘jefe’ en la misión le ayudó, pero estos detalles que podrían haber dado de sí, se quedan en esquemáticos, pues nunca parece afectado por ello Mike, su vida es hacia adelante y punto; Tampoco ayuda a sumar la personalidad estereotipada de Rafo, joven si carácter definido que se mueve por caminos trillados hasta el final, nada sorprende en él. Gusta del microcosmos del oeste, de los caballos y ranchos, quizás queriendo se vea como el espejo dela juventud de Mike, pero esto nunca pasa del tópico.
El tramo donde la película gana es en la visita huyendo a un pequeño pueblo mexicano en medio de la nada. Allí se nos hace ver la vida de modo idealizado y bucólico, lugar donde ambos caen cual anillo a dedo. Mike encandila a Marta (Natalia Traven; Que más que casi la doble en edad, tras Mike está Clint), viuda con 4 nietos a su cargo, además de regentar un bar, trabajará (inverosiblemente) domando caballos salvajes (ello visto a través de un rudimentario montaje), enseñará a Rafo a montar en equino (no puede entrar en Texas sin saber), será visto como una especie de Dr. Dolittle (él se ve así) cuando sean legión los animales que le llevan para que cure (en este tramo se da la mejor frase del film, por la que ya no será tiempo perdido verla cuando tras examinar a un chucho, le dice a Rafo: “No como curar la vejez”); Mike bailará “Sabor a Mí” con marta, hará tortitas, habalrá por señas con unas niñas sordomudas (‘son cosas que se aprenden’, responde cuando le preguntan dónde lo aprendió) y hasta rezará (siendo ateo); Rafo también encaja en el lugar, jugando con otros niños, y entablando relación con una joven (esto visto a través de flashes, en claro menosprecio al chaval; Este metraje resulta de gran encanto, y ya de por sí hace recomendable el film. De hecho cuando salen del pueblo la cinta vuelve a caer, con un par de episodios supuestamente tensos (con la poli y un enviado de Letra)
El gallo ‘Macho’ (encarnado por 11 diferentes a lo largo del film) representa el ardor juvenil, la valentía, los impulsos, el fulgor, la energía de los machos.
Monólogo que da sentido a todo el film el que le espeta Mike a Rafo: "Solía ser muchas cosas, pero ahora no soy nada. Sabes, te diré algo. Esta cosa 'macho' está sobrevalorada. La gente solo trata de ser 'macho' para demostrar que tiene agallas. Eso es con todo lo que terminan. Es como cualquier otra cosa en la vida: crees que tienes todas las respuestas. Luego te das cuenta, a medida que envejeces, no tienes ninguna de ellas".
Por supuesto que no es, ni se acerca a ser una gran película. Tampoco lo esperaba. Pero es Clint, y verlo con esas ganas con 90 años merece el premio de que la gente vea la película, que en su irregularidad, falencias y desequilibrios, tiene picos que la hacen degustable. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/09/cry-macho.html
El tramo donde la película gana es en la visita huyendo a un pequeño pueblo mexicano en medio de la nada. Allí se nos hace ver la vida de modo idealizado y bucólico, lugar donde ambos caen cual anillo a dedo. Mike encandila a Marta (Natalia Traven; Que más que casi la doble en edad, tras Mike está Clint), viuda con 4 nietos a su cargo, además de regentar un bar, trabajará (inverosiblemente) domando caballos salvajes (ello visto a través de un rudimentario montaje), enseñará a Rafo a montar en equino (no puede entrar en Texas sin saber), será visto como una especie de Dr. Dolittle (él se ve así) cuando sean legión los animales que le llevan para que cure (en este tramo se da la mejor frase del film, por la que ya no será tiempo perdido verla cuando tras examinar a un chucho, le dice a Rafo: “No como curar la vejez”); Mike bailará “Sabor a Mí” con marta, hará tortitas, habalrá por señas con unas niñas sordomudas (‘son cosas que se aprenden’, responde cuando le preguntan dónde lo aprendió) y hasta rezará (siendo ateo); Rafo también encaja en el lugar, jugando con otros niños, y entablando relación con una joven (esto visto a través de flashes, en claro menosprecio al chaval; Este metraje resulta de gran encanto, y ya de por sí hace recomendable el film. De hecho cuando salen del pueblo la cinta vuelve a caer, con un par de episodios supuestamente tensos (con la poli y un enviado de Letra)
El gallo ‘Macho’ (encarnado por 11 diferentes a lo largo del film) representa el ardor juvenil, la valentía, los impulsos, el fulgor, la energía de los machos.
Monólogo que da sentido a todo el film el que le espeta Mike a Rafo: "Solía ser muchas cosas, pero ahora no soy nada. Sabes, te diré algo. Esta cosa 'macho' está sobrevalorada. La gente solo trata de ser 'macho' para demostrar que tiene agallas. Eso es con todo lo que terminan. Es como cualquier otra cosa en la vida: crees que tienes todas las respuestas. Luego te das cuenta, a medida que envejeces, no tienes ninguna de ellas".
Por supuesto que no es, ni se acerca a ser una gran película. Tampoco lo esperaba. Pero es Clint, y verlo con esas ganas con 90 años merece el premio de que la gente vea la película, que en su irregularidad, falencias y desequilibrios, tiene picos que la hacen degustable. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/09/cry-macho.html