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TOM REGAN rating:
9
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7,948
Musical. Drama
This rousing musical, based on the stories of Shalom Aleichem, takes place in pre-revolutionary Russia and centers on the life of Tevye (Topol), a milkman who is trying to keep his family's traditions in place while marrying off his three older daughters. Yet, times are changing and the daughters want to make their own matches, breaking free of many of the constricting customs required of them by Judaism. In the background of these ... [+]
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October 23, 2021
2 of 3 users found this review helpful
370/16(15/10/21) He revisionado este popular musical con motivo del 50 Aniversario de su estreno (22/10/1971), y he encontrado un film que no ha perdido frescura con su medio siglo, mantiene su energía, fulgor contagiable vitalismo, en medio de una historia profunda, donde se dan cita las tradiciones ancestrales endogámicos en este caso de la comunidad judía en una aldea en la Rusia zarista en 1905 (Anatevka, una aldea en realidad ucrania bajo el Imperio Ruso), chocando con los nuevos tiempos tanto en lo familiar en un gueto, como en lo macro de los comienzos de la revolución proletariada, lo referente a los pogromos y expulsiones de los hebreos. Dirige Norman Jewison (Jewison tiene un cameo como rabino, la voz, durante la secuencia del sueño de Tevye). que trabaja sobre el guión de Joseph Stein (especializado en TV en su único trabajo para la gran pantalla) adapta el cuento clásico del ucranio Sholom Aleichem “Las hijas judías” (1905), originalmente filmado en 1939 como ‘Tevye’ en idioma yiddish, llevado como musical a Broadway en 1964, con Zero Mostel de protagonista, aunque Jewison prefirió a Chaim Topol (interpretó el papel en Londres) como Tevye, que desborda la pantalla con su carisma y fuerza volcánica (ganó el Globo de Oro por su apabullante actuación), un filósofo ultra creyente, que aporta una inte4nsidad y fuerza dramática soberbia. Tevye sueña con una vida mejor incluso cuando sus hijas se rebelan contra sus planes de matrimonios arreglados y los prejuicios del mundo exterior amenazan con arruinar su acogedora existencia, anticipando el genocidio que está por llegar.
La partitura adaptada del maestro John Williams fue uno de los dos premios Oscar obtenidos de los ocho a los que fue nominado. Las pegadizas canciones con música de Jerry Bock y letra de Sheldon Harnick (epítome la mítica “If I Were A Rich Man”) son pocas y distantes entre sí, ello mientras vivimos los convulsos años políticos, donde los judíos eran el chivo expiatorio de los males. Ello en un tono de alegría de vivir en cómo se afrontan los problemas, sobre todo en la primera parte, donde el humor te llega de modo delicioso en como este patriarca rígido debe ir flexionando sus ideales conforme sus hijas no son dóciles, ello con recursos tan notables como verlos discutir con Dios mirando al cielo, o como diserta en voz alta mientras de quien habla está a lo lejos siendo algo figurado, esto sumado a personajes muy bien expuestos, como la casamentera, el carnicero, la autoridad policial, o por supuesto su arrollador protagonista. Y por supuesto esto mezclado con los maravillosos temas musicales que sirven para dar relieve a los personajes, y para hacer avanzar la trama, esto con algunas estimables coreografías lejos de ser profesionales, destilan realismo en su poca ortodoxia, esto gracias al gran Jerome Robbins. Obra que mezcla drama, comedia, romanticismo, costumbrismo, reflejo social, y por supuesto musical, y todo ello con enorme equilibrio y un crescendo dramático punzante en cómo te va calando lo que ocurre, proyectando nostalgia, melancolía y un halo de esperanza en un mañana mejor para cuando llega el viraje agrio te siente conmovido por lo que le ocurre esta comunidad.
Posee un arranque entusiasta contagioso marcando las cartas del tono por el que navegaremos en la visita este gueto ruso. Ello con la presentación en primera persona del protagonista, el lechero Tevye, ello rompiendo la cuarta pared para hablarnos de la sociedad tradicional-judaica en la que se mueve este pueblo, vamos, lo que se llama ‘Tradition’, tema que es el inicio musical del film, una oda a como la fuerza de la costumbre se ha convertido en Ley. Y tras esto las hijas de Tevye irán desmontando este micro-mundo singular a través del amor, mediante el cual se saltarán los matrimonios concertados (Ungido por las casamenteras; Excelso el encuentro para cerrar el trato entre Tevye y el acomodado carnicero Lazar Wolf, encarnado este por un fabuloso Paul Mann), se saltarán el permiso paternal para el casamiento, y lo que es más duro para Tevye, una de sus hijas se enamora de un goy-gentil (no-judío). En medio de esto disfrutamos de momentos jocosos en medio del costumbrismo, como ese tipo que siempre trae malas noticias leídas en el periódico, la delirante llegada (por el modo de exponerlo) de la máquina de coser (para el sastre Motel Kamzoil encarnado por un notable Leonard Feey), el sueño- pesadilla de Tevye (Patience Collier como la abuela Tzeitel está radiante), como manipula Tevye a su esposa para que cambie de opinión con una boda, la casamentera (gran Molly Picon) intentando ‘colocar’ a dos hermanos con las hijas de Tevye, la discusión de Tevye con Lazar, todo ello haciendo que nos cale el modus vivendi particular de estas gentes humildes, pero orgullosas y dignas. Esto entrelazado de forma incisiva con el antisemitismo (los pogromos y la expulsión cual nuevo Éxodo), y con los primeros pasos de lo que está por venir con la Revolución Rusa, haciéndonos ver que el Zar era el malo y los revolucionarios bolcheviques serán los salvadores (puaj!). Los cambios, los Nuevos Tiempos arrasan cual Tsunami a esta micro-sociedad.
Todo esto Jewison lo desarrolla con gran ritmo, haciendo que sus tres horas pasen sin altibajos, siempre están sucediendo cosas, la trama nunca para, va de un lado a otro zarandeando a Tevye, llevándolo de la alegría y vitalidad de la primera parte al dramatismo de la segunda, ello maravillosamente llevado por unos temas musicales sentidos y muy emocionales (aparte de los mencionados, el “ Sunrise Sunset et al” o “Matchmaker, Matchmaker””, etc…), con una cámara ágil, aportando grácil visualidad, haciendo el entorno cercano y realista.
La partitura adaptada del maestro John Williams fue uno de los dos premios Oscar obtenidos de los ocho a los que fue nominado. Las pegadizas canciones con música de Jerry Bock y letra de Sheldon Harnick (epítome la mítica “If I Were A Rich Man”) son pocas y distantes entre sí, ello mientras vivimos los convulsos años políticos, donde los judíos eran el chivo expiatorio de los males. Ello en un tono de alegría de vivir en cómo se afrontan los problemas, sobre todo en la primera parte, donde el humor te llega de modo delicioso en como este patriarca rígido debe ir flexionando sus ideales conforme sus hijas no son dóciles, ello con recursos tan notables como verlos discutir con Dios mirando al cielo, o como diserta en voz alta mientras de quien habla está a lo lejos siendo algo figurado, esto sumado a personajes muy bien expuestos, como la casamentera, el carnicero, la autoridad policial, o por supuesto su arrollador protagonista. Y por supuesto esto mezclado con los maravillosos temas musicales que sirven para dar relieve a los personajes, y para hacer avanzar la trama, esto con algunas estimables coreografías lejos de ser profesionales, destilan realismo en su poca ortodoxia, esto gracias al gran Jerome Robbins. Obra que mezcla drama, comedia, romanticismo, costumbrismo, reflejo social, y por supuesto musical, y todo ello con enorme equilibrio y un crescendo dramático punzante en cómo te va calando lo que ocurre, proyectando nostalgia, melancolía y un halo de esperanza en un mañana mejor para cuando llega el viraje agrio te siente conmovido por lo que le ocurre esta comunidad.
Posee un arranque entusiasta contagioso marcando las cartas del tono por el que navegaremos en la visita este gueto ruso. Ello con la presentación en primera persona del protagonista, el lechero Tevye, ello rompiendo la cuarta pared para hablarnos de la sociedad tradicional-judaica en la que se mueve este pueblo, vamos, lo que se llama ‘Tradition’, tema que es el inicio musical del film, una oda a como la fuerza de la costumbre se ha convertido en Ley. Y tras esto las hijas de Tevye irán desmontando este micro-mundo singular a través del amor, mediante el cual se saltarán los matrimonios concertados (Ungido por las casamenteras; Excelso el encuentro para cerrar el trato entre Tevye y el acomodado carnicero Lazar Wolf, encarnado este por un fabuloso Paul Mann), se saltarán el permiso paternal para el casamiento, y lo que es más duro para Tevye, una de sus hijas se enamora de un goy-gentil (no-judío). En medio de esto disfrutamos de momentos jocosos en medio del costumbrismo, como ese tipo que siempre trae malas noticias leídas en el periódico, la delirante llegada (por el modo de exponerlo) de la máquina de coser (para el sastre Motel Kamzoil encarnado por un notable Leonard Feey), el sueño- pesadilla de Tevye (Patience Collier como la abuela Tzeitel está radiante), como manipula Tevye a su esposa para que cambie de opinión con una boda, la casamentera (gran Molly Picon) intentando ‘colocar’ a dos hermanos con las hijas de Tevye, la discusión de Tevye con Lazar, todo ello haciendo que nos cale el modus vivendi particular de estas gentes humildes, pero orgullosas y dignas. Esto entrelazado de forma incisiva con el antisemitismo (los pogromos y la expulsión cual nuevo Éxodo), y con los primeros pasos de lo que está por venir con la Revolución Rusa, haciéndonos ver que el Zar era el malo y los revolucionarios bolcheviques serán los salvadores (puaj!). Los cambios, los Nuevos Tiempos arrasan cual Tsunami a esta micro-sociedad.
Todo esto Jewison lo desarrolla con gran ritmo, haciendo que sus tres horas pasen sin altibajos, siempre están sucediendo cosas, la trama nunca para, va de un lado a otro zarandeando a Tevye, llevándolo de la alegría y vitalidad de la primera parte al dramatismo de la segunda, ello maravillosamente llevado por unos temas musicales sentidos y muy emocionales (aparte de los mencionados, el “ Sunrise Sunset et al” o “Matchmaker, Matchmaker””, etc…), con una cámara ágil, aportando grácil visualidad, haciendo el entorno cercano y realista.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Los defectos cabría ponérselos en por ejemplo que la familia de Tevye está un poco desdibujada, la mujer Golde (una demasiado marginal Norma Crane) se apunta a través del marido como de fuerte carácter, pero luego resulta un tanto plana, como las hijas (las casaderas encarnadas por Rosalind Harris, Neva Small y Michel Marsh), meras perchas para desplegar su poderosa personalidad el padre; Tampoco entiendo la secuencia en que Jewison nos saca de Anatevka para llevarnos a un ataque de la caballería zarista contra una concentración de revolucionarios (liderada por Perchick, al que da vida Michael Glaser, eterno Dave Starsky de setentera serie tv policiaca “Starsky & Hutch”) en las calles de Moscú, bien filmada, pero fuera de lugar para el tono localista de la película, me chirría.
La puesta en escena es formidable ya desde su gran diseño de producción obra de Robert Boyle (“Con la muerte en los talones” o “Los pájaros”), creando un gueto creíble en su feísmo, mugriento, embarrado, sucio; sumado a un excelente vestuario creado por de Elizabeth Haffenden y Joan Bridge (“Ben-Hur” o “Un hombre para la eternidad”); ello en miscelánea con la cinematografía de Oswald Morris (“Oliver” o “El hombre que pudo reinar”), componiendo planos con claro carácter pictórico, influenciado por el pintor ruso-francés judío Marc Chagall, con profusión de tonos terrosos marrones, con resaltados verdes y azules, componiendo lienzos de enorme beldad, como es ese otoño y el frío invierno que nos cala.
Spoiler:
Hay dos momentos duros. Uno es el preludio en el pogromo que el agente policial del pueblo se ve forzado a realizar justo la noche de la boda de Tzeitel; El otro es el final, cuando los judíos son expulsados de su hogar y tierras solo por su religión. Cruento, con esa despedida la hija que se ha casado con un gentil (se marcha a Polonia) y Tevye ni la mira, ella es consciente y aun así se despide de él y su familia, este cuando se aleja le dice que Dios la acompañe, y hace que otra hija suya se lo grite. Unos se irán a USA, como Topol, otros a la Tierra Prometida, otros a Nueva York, pero todos con una mezcla de ilusión y temor a un futuro incierto, así los vemos alejarse siempre acompañados por el violinista, alegoría de que la vida debe continuar.
Si hay que buscarle un pero es lo chirriante de que Tevye, margine a su hija por enamorarse de un no-.judío, con lo ccual se convierte en un intolerante, justo lo que le achacamos a las fuerzas zaristas.
La fotografía principal se realizó en Pinewood Studios en Buckinghamshire, Inglaterra. La mayoría de las tomas exteriores se realizaron en Yugoslavia, específicamente en Mala Gorica , Lekenik y Zagreb dentro de la república constituyente yugoslava de Croacia . Aunque el área estuvo bajo mucha nieve durante la exploración de locaciones en 1969, durante el rodaje los productores tuvieron que embarcar en polvo de mármol para reemplazar la nieve. Se utilizaron trescientos extras que hablaban varios idiomas extranjeros, así como bandadas de gansos y cerdos y sus cuidadores. Isaac Stern interpretó los solos de violín.
El film recaudó $ 83,3 millones en todo el mundo con un presupuesto de $ 9 millones, siendo el más taquillero de 1971. Recibió 8 nominaciones en los Oscar incluida la de Mejor Película, y ganó tres; Mejor banda sonora original, mejor fotografía, y mejor sonido.
El papel del título del violinista en el tejado es de Tutte Lemkow, hace una gran cantidad de cuerpo espléndido actuando en su actuación sin palabras como la encarnación del fino violín de Isaac Stern tocando en la banda sonora. Stern es ampliamente reconocido (y aplaudido) como solista, pero también se debe dar crédito al clarinete anónimo que anima la celebración de la boda.
Uno de los grandes musicales de la Historia del Cine, y no es mi género favorito, pero me ha imantado su magnetismo. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/10/el-violinista-en-el-tejado.html
La puesta en escena es formidable ya desde su gran diseño de producción obra de Robert Boyle (“Con la muerte en los talones” o “Los pájaros”), creando un gueto creíble en su feísmo, mugriento, embarrado, sucio; sumado a un excelente vestuario creado por de Elizabeth Haffenden y Joan Bridge (“Ben-Hur” o “Un hombre para la eternidad”); ello en miscelánea con la cinematografía de Oswald Morris (“Oliver” o “El hombre que pudo reinar”), componiendo planos con claro carácter pictórico, influenciado por el pintor ruso-francés judío Marc Chagall, con profusión de tonos terrosos marrones, con resaltados verdes y azules, componiendo lienzos de enorme beldad, como es ese otoño y el frío invierno que nos cala.
Spoiler:
Hay dos momentos duros. Uno es el preludio en el pogromo que el agente policial del pueblo se ve forzado a realizar justo la noche de la boda de Tzeitel; El otro es el final, cuando los judíos son expulsados de su hogar y tierras solo por su religión. Cruento, con esa despedida la hija que se ha casado con un gentil (se marcha a Polonia) y Tevye ni la mira, ella es consciente y aun así se despide de él y su familia, este cuando se aleja le dice que Dios la acompañe, y hace que otra hija suya se lo grite. Unos se irán a USA, como Topol, otros a la Tierra Prometida, otros a Nueva York, pero todos con una mezcla de ilusión y temor a un futuro incierto, así los vemos alejarse siempre acompañados por el violinista, alegoría de que la vida debe continuar.
Si hay que buscarle un pero es lo chirriante de que Tevye, margine a su hija por enamorarse de un no-.judío, con lo ccual se convierte en un intolerante, justo lo que le achacamos a las fuerzas zaristas.
La fotografía principal se realizó en Pinewood Studios en Buckinghamshire, Inglaterra. La mayoría de las tomas exteriores se realizaron en Yugoslavia, específicamente en Mala Gorica , Lekenik y Zagreb dentro de la república constituyente yugoslava de Croacia . Aunque el área estuvo bajo mucha nieve durante la exploración de locaciones en 1969, durante el rodaje los productores tuvieron que embarcar en polvo de mármol para reemplazar la nieve. Se utilizaron trescientos extras que hablaban varios idiomas extranjeros, así como bandadas de gansos y cerdos y sus cuidadores. Isaac Stern interpretó los solos de violín.
El film recaudó $ 83,3 millones en todo el mundo con un presupuesto de $ 9 millones, siendo el más taquillero de 1971. Recibió 8 nominaciones en los Oscar incluida la de Mejor Película, y ganó tres; Mejor banda sonora original, mejor fotografía, y mejor sonido.
El papel del título del violinista en el tejado es de Tutte Lemkow, hace una gran cantidad de cuerpo espléndido actuando en su actuación sin palabras como la encarnación del fino violín de Isaac Stern tocando en la banda sonora. Stern es ampliamente reconocido (y aplaudido) como solista, pero también se debe dar crédito al clarinete anónimo que anima la celebración de la boda.
Uno de los grandes musicales de la Historia del Cine, y no es mi género favorito, pero me ha imantado su magnetismo. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/10/el-violinista-en-el-tejado.html