73/16/09/03/11) Alex de la Iglesia está desatado en esta astracanada de film, se ha soltado el corsé de la racionalidad, no tiene mesura, es como si al sentirse liberado de su guionista habitual Jorge Guerricaechevarria (‘Carne trémula’, ‘La caja Kovak’ o ‘La celda 211’ )con el que había trabajado en todos sus anteriores films se hubiera derribado el dique que contenía los excesos de este cineasta, y quizás fuera Jorge el que componía personajes que dentro de lo exagerado resultaban humanos con los que se empatizaba, demostraban ternura, tridimensionalidad, argumentos originales que te enganchaban, sabiendo mezclar el humor negro con la amargura, Alex ha utilizado un recurso manido, como es enmarcar el relato en el final del franquismo, colando muchos acontecimientos de la época y sobre este tapiz ha perpetrado un hiperviolento film que parte del autoplagio de ‘Muertos de risa’, dos tipos pertenecientes al espectáculo, dedicados a hacer sonreír en la trastienda se llevan a matar, la diferencia es que aquí el detonante es una bella acróbata. La cinta resulta tan hueca como impactante en imágenes, es un trabajo magníficamente dirigido, de gran fuerza visual, con un ritmo narrativo trepidante, lástima que lo que cuenta carezca del mínimo calado, todo es tan desmesurado como vacío de contenido, son personajes tan extremos que te repelen, su comportamiento es aparatoso, su desarrollo es nulo, son dos kamikazes que se mueven sin el menor criterio. En el circo de lo grotesco y en darle la vuelta a los elementos es un experto Alex, pero aquí lo multiplica todo tantas veces que la película te deja frío, no te emociona, te da igual lo que les pase a estos caricaturescos personajes la ves por su potencia imaginativa, pero no por su aparatosa historia. Recomendable a los incondicionales de Alex de la Iglesia. Fuerza y honor!!!