En la película "Idiocracia", de Mike Judge, los idiotizados espectadores del futuro acudían en masa a ver una película llamada "Culo" que consistía, únicamente, en un plano fijo de un culo emitiendo sonoras flatulencias. "Spartacus" todavía no llega a estos extremos: el mundo todavía no es suficientemente imbécil. Sin embargo, su vacua propuesta se sustenta en dos claros pilares: las peleas manieristas a lo 300 y las escenas de encuentros polisexuales entre cachas de gimnasio y bellezas de silicona. Aderezadas, eso sí, con diálogos como estos:

"Ummm...ya estoy caliente otra vez...saca tu polla Gladiator"
"¡Por la polla de Júpiter!"
"Veo que tu polla está a la altura de tu fama"
"......................polla................"

O bien.

"Nadie ha vencido a Pacus Mangárrimus en ningún combate...vas a morir"
"Plodio Pepónimo tiene reputación de despedazar a todos los gladiadores...vas a morir"
"Pochus Calórificus está loco...sólo un gladiador consiguió salir con vida después de enfrentarse a él...vas a morir"
"Vas a morir".

(Y no se muere).

No obstante hay que decir que "Spartacus" no engaña. Demuestra lo fácil que es triunfar simplemente dando al público lo que cree que quiere y lo difícil que es en realidad hacer que el público quiera lo que se le da. Pan et circem.