Creo que dice mucho en mi favor que haya visto casi todas las comedias americanas chorras adolescentes de Sean William Scott y compañía y no me haya vuelto una serial killer. Y espero que si es verdad que existe eso del Cielo y el Infierno, me lo tomen en cuenta cuando me muera y pase por el garito ese donde hacen las admisiones. Un crédito extra debería llevármelo por la que es probable que sea la película más idiota jamás rodada en la historia: "Colega ¿dónde está mi coche". Una comedia que degrada al género humano (el que la fabrica y el que la consume) a las miasmas de la imbecilidad, el mal gusto, el escupitajo ético y estético y el suicidio neuronal.

Con unos actores perfectamente asesinables, un director que diríase inexistente y un guión a cuyo lado las conversaciones de Paris Hilton con su chihuahua deben ser ambrosía intelectual, la pérdida de tiempo total está asegurada y aunque debo confesar por lo bajinis que me reí un poquito con los acérrimos de Zoltan, el resto me pareció tan increíblemente malo que a día de hoy todavía no he decidido si verla otra vez para asegurarme que en realidad eso era una película y no una pesadilla que tuve un día después de tomar algún tipo de hongo lisérgico en mal estado.

No recomendable a menos que se tenga el umbral de la risa inenarrablemente bajo.