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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Neathara rating:
9
Drama Andy Dufresne (Tim Robbins) is sentenced to two consecutive life terms in prison for the murders of his wife and her lover in the late 1940s. However, only Andy knows that he didn’t commit the crimes. Sent to Shawshank Prison to do hard time, Andy—a taciturn banker in the outside world, has to learn to get by in the brutal, cutthroat confines of prison life. His quiet strength slowly earns the respect of his fellow inmates -most ... [+]
Language of the review:
  • es
April 7, 2008
645 of 734 users found this review helpful
Me gusta mucho ir al cine. No me refiero tan sólo a ir a ver las películas, sino también a toda la parafernalia, las palomitas, arrebujarme en el asiento, agarrarme del brazo del compañero de al lado cuando me asusto, sestear apaciblemente cuando la película es un tostón (nunca he dormido mejor que en una sala de cine) y por encima de todo –y ésta es la razón principal por la que continúo yendo al cine- esa sensación de inminencia maravillosa, cuando se apagan las luces y empiezan a desencadenarse los primeros títulos de crédito: la sensación de que, hoy, quizás, va a suceder algo extraordinario.
A pesar de que la inmensa mayoría de películas que voy viendo son perfectamente olvidables, nunca he debido perder la esperanza, porque, a día de hoy, sigo emocionándome cuando la sala de cine se queda totalmente a oscuras y en silencio y se ilumina la pantalla y entonces empieza la música, las palabras, las imágenes y me preparo para olvidarme del mundo durante un buen rato...y ¿quién sabe?. A veces, sucede algo más.
A veces, muy raras veces, sucede lo inimaginable. Que es ir a ver “Cadena Perpetua” al cine, por primera vez, catorce años, y permanecer 142 minutos con los ojos abiertos de par en par, completamente abducida, seducida, absorbida, emocionada. Llorar, reír, implicarte emocionalmente en todo lo que está ocurriendo en la pantalla, volcarte en unas vivencias ficticias que, en el transcurso de dos horas te parecerán más reales que las tuyas propias. Obtener las pautas a partir de las cuales empezarás a distinguir gran cine de cine mediocre.
Darse cuenta, en definitiva, que el día en que fuiste a ver “Cadena Perpetua” fue, sin lugar a dudas, un día extraordinario.
Neathara
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