Sabiendo que el director es el mismo de Superman IV ya esperaba ver una película mala. Pero ni mente no podía imaginar que era ta horriblemente mala y aburrida.
Todo es un disparate sin gracia. Actores a los que echarían de cualquier escuela de interpretación rodean a un Dolph Lundgren que sabe que está rodando una basura por la que le pagarán cuatro duros. Este hombre que ha sido Ivan Drago y ha pertenecido a un gran catálogo de tipos duros queda reducido a un ridículo papel de profesor de instituto que desentona más que un pulpo en un garaje.
Falla todo: el guión, la dirección, las secuencias, los efectos especiales... solo debería ser exhibida como tortura psicológica.