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Sao Tome and Principe Sao Tome and Principe · São João dos Angolares
DrJuve rating:
8
Drama This is the second in Bergman's trilogy that explores religious faith and doubts in a visceral, visual, and provocative manner. On a cold winter's Sunday, the pastor of a small rural church, Tomas Ericsson, performs service for a tiny congregation; though he is suffering from a cold and a severe crisis of faith. After the service, he attempts to console a fisherman, Jonas Persson, who is tormented by anxiety, but Tomas can only speak ... [+]
Language of the review:
  • es
November 8, 2015
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La pérdida de fe en un hombre religioso, de un hombre dedicado a Dios, de un sacerdote, es la trama central de esta película. Tal vez sea, la situación más triste que puede enfrentar un hombre creyente, saber o pensar que los esfuerzos de toda su vida, que su propia existencia, que toda su energía vital han sido dedicados a fuerzas inexistentes. Este es un desencantamiento irrevocable, si un hombre tiene un desengaño amoroso, puede saber en el fondo que todo puede mejorar, que se puede encontrar otra mujer a quien amar; un hombre que pierde la fe, no encontrará una nueva creencia, ya no hay vuelta atrás.

Después de ver la película “Las mejores intenciones” de Bille August (1992), en la cual se nos muestra la vida de Henrik Bergman, padre de Ingmar Bergman se puede ver claramente como el personaje central de “Los Comulgantes” tiene que tener mucho con el progenitor del maestro sueco. La película es excepcional, sin sol pero con una iluminación proveniente de sus diálogos, algunos de ellos simplemente soberbios.
El mejor es uno de los finales:

-¿No le parece que nos equivocamos al pensar en la Pasión?

-¿En qué sentido?

-Nos fijamos demasiado en la tortura en sí. Pero ésta no pudo ser tan terrible, yo he sufrido físicamente tanto o más que Cristo. Su sufrimiento duró bastante poco. Unas cuatro horas…
Creí entrever un sufrimiento mucho peor que el físico. Está Pedro que lo negó. Cristo les había hablado a sus discípulos durante tres años enteros, tres años de convivencia cotidiana, y simplemente, no habían entendido. Lo abandonaron todos. Y lo dejaron todos. Eso sí que debió ser sufrimiento… Comprender que nadie comprende… Quedarte solo justo cuando necesitas confiar en alguien.
Pero no fue eso lo peor.
Cuando lo crucificaron y se quedó ahí colgado, sufriendo, gritó: “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?” Gritó con todas sus fuerzas. Pensó que su Padre del Cielo lo había abandonado. Creyó que todo lo que había predicado era mentira. Cristo tuvo grandes dudas minutos antes de morir. Eso debió ser su mayor sufrimiento. Me refiero al silencio de Dios.

Dr.Juventus
DrJuve
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