Lo cierto es que no me esperaba casi nada de esta película, debido al poco interés que despiertan en mi los héroes de DC, pero el hecho de que estuviese dirigida por el gran Bryan Singer me animó a que fuese a verla.

En general me ha gustado bastante, tiene muy buenos momentos de acción, realmente espectaculares, aunque con el presupuesto que había es lo menos que se podía hacer. Pero se echan en falta más momentos así, ya que la película es inusualmente larga, lo cual se agrava por el hecho de meter tantas escenas intranscendentes que se podían haber ahorrado.

Otro punto que puede jugar en su contra, es que la película bienn podría haberse llamada Lois Lane vuelve o similar, y es que el tiempo en pantalla de este personaje es muy superior al de Clark Kent y Superman juntos.

El guión reserva alguna que otra sorpresa, que bien se agradece, y también nos depara muchos momentos realmente emotivos, que van acompañados de otros cuantos que resultaran un pelín pastelosos. Durante el metraje gozaremos de unas paronámicas digna de un documental de geografía, mostrándo imágenes muy bellas.

En el apartado de las actuaciones, todos los actores resuleven solventemente sus actuaciones. El casi novato Brandon Routh se las ingenia para dar carácter propio a un Superman que muchos se empeñan en no cambiar de rostro, por lo que el chaval lo tenía doblemente difícil, pero al final ha hecho una interpretación que me convenció totalmente. También bien por Kevin Spacey, del que tanto se dudaba, haciendo un Lex totalmente irreverente y con un toque de locura justo. Mal por sus secuaces, todos patéticos, y no eran necesarios en absoluto. Bosworth también soluciona bien su Lois Lane, demasiado y too dado el peso que tiene el personaje en la película.

En definitiva, una digna película de Superman y un buen entretenimiento, que no obstante, en el ránking de películas de superhéroes aún se queda por debajo de las sagas X-men y Spiderman.