Hipercreativa y visualmente llena de hallazgos y buenas intenciones, pero no obstante un tanto aburrida.

Está claro que todo cineasta, por genial que sea, debe ir construyendo su propia voz, su propio universo, y pagar el peaje con obras no del todo redondas. Este es, a mi parecer, el caso. A toro pasado es fácil ver en 'Nausicaa' ecos de maravillas futuras como 'El viaje de Chihiro', 'Porco Rosso' o 'El castillo ambulante' pero lo cierto es que nunca llega a su nivel. Es interesante comprobar como a pesar del ingente talento visual, de la similitud en el desarrollo narrativo y en el estilo, se percibe que Miyazaki aun tenía que madurar y depurar todos estos elementos. Y es que donde falla principalmente es en el tratamiento narrativo de la historia. Sus primeros 15 minutos son hipnóticos, pero poco a poco entramos en una suerte de monotonía que ya no nos abandona.

Aún así, rebosante de ética y humanidad, está a años luz de la mayoría de memezes (de animación o no) que nos metemos en vena cada día.