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Spain Spain · Barcelona
picais rating:
8
War Director Sam Peckinpah's only war movie, "Cross of Iron", is filmed from the perspective of German soldiers lost in a hopeless cause on World War II's Eastern Front. Sergeant Steiner (James Coburn), a well respected squad leader, and his ragged group of soldiers face not only hordes of Russian infantry and tanks, but the deadly personal agenda of glory-seeker Captain Stransky (Maximilian Schell) as well.
Language of the review:
  • es
February 3, 2009
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“Venga que le mostrare donde crecen las cruces de hierro”. La frese es antológica, de esas que se hacen legendarias y que quedan para siempre en la historia del cine. No todos los alemanes eran malos, ni todos eran nazistas, ni tan siquiera partidarios del dictador. No luchaban por ideales ni por un país hegemónico y dominante, muchísimos luchaban simplemente por sobrevivir en aquella debacle que era el frente ruso hacia el final de la guerra, y no era poco, otros luchaban contra la incomprensión, contra sus propios principios, y los había que ya no sabían hacer otra cosa. Y también existía una especie peor, el que pretendía que la guerra le sirviera de reconocimiento social, como una forma de destacar ante los de su clase y se permitían el lujo de jugar con la muerte de los demás.
Peckinpah es tremendamente violento en su cine, innecesariamente violento, no es preciso exagerar ni mostrar tanto, regodearse en ello como si sintiera cierto placer y no me creo el rollo ese de mostrar la violencia como instinto natural del hombre, es posible que así sea en algunos seres humanos, pero tampoco se trata de ensalzarlo como si fuera una virtud. Todos sabemos que en las guerras hay tiros y bombas y mutilados y muertos, es la guerra, no se trata de una fiesta, pero bastantes escenas de esta película son innecesariamente violentas.
Por suerte Peckinpah también atesora un gran talento y nos regala otras escenas donde nos conmueve y nos emociona, con maestría nos habla de las miserias del ser humano pero también del altruismo y del compañerismo, algo de lo que está muy necesitado nuestro mundo de hoy, hay tres o cuatro secuencias impagables en las que recuperamos el cine con mayúsculas, lastima de tanta violencia gratuita, de no ser así Peckinpah hubiera completado a mi entender una cinta redonda. A pesar de ello y por alguno de esos momentos y por el sargento Steiner, por la enfermera, por el niño ruso y por algunos otros detalles estamos sin duda ante lo mejor que se ha hecho en el cine bélico.
picais
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