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Drama. Romance
Struggling to pay off mounting debts Nelly (Béart) meets Mr Arnaud (Serrault) a retired judge 40 years her senior who offers to clear her bills. She reluctantly accepts his offer and decides to leave her lazy unemployed husband for good. Nelly then takes a job with Arnaud typing up his memoirs and gradually their friendship grows into a barely acknowledged intimacy. Mr Arnaud is captivated by Nelly’s beauty and becomes jealous when she ... [+]
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- es
June 2, 2013
13 of 13 users found this review helpful
Claude Sautet es un cineasta clásico. Algunos le atribuyen el calificativo de academicista, pero lo cierto es que posee una sensibilidad única para contar historias cotidianas de forma fascinante. "Nelly y el señor Arnaud" es una de esas historias cuyo mayor interés radica en que, como en las obras de Chéjov, parece que no pasa nada y sin embargo narra un momento trascendental y único que cambia para siempre la vida de sus personajes.
Todo está mimado al detalle: una fotografía espléndida, una música adecuada y un guión con diálogos que no sobran, que no son banales y que se enriquecen aún más a través de las miradas y los silencios de los actores. Todo ello hace creíble y emocionante la historia de amor entre un juez retirado que acaba de entrar en la tercera edad y una muchacha de veinticinco años.
Michel Serrault encarna de forma soberbia a Monsier Arnaud, el septuagenario deslumbrado por una joven hermosa, valiente y decidida, interpretada de una forma sublime por Emmanuelle Béart. Sautet encontró en esta actriz a la sustituta ideal de la malograda Romy Schneider para este tipo de cine intimista, realista y emotivo que tan buenos frutos les dio a ambos. Tal vez la Schneider hubiese estado maravillosa en esta película veinte años atrás pero lo cierto es que la magia, la frescura y la delicadeza de Emmanuelle Béart hace imposible imaginar a otra actriz para este papel.
En definitiva, una historia de amor sensible y elegante que engloba todas las virtudes del mejor cine francés.
Todo está mimado al detalle: una fotografía espléndida, una música adecuada y un guión con diálogos que no sobran, que no son banales y que se enriquecen aún más a través de las miradas y los silencios de los actores. Todo ello hace creíble y emocionante la historia de amor entre un juez retirado que acaba de entrar en la tercera edad y una muchacha de veinticinco años.
Michel Serrault encarna de forma soberbia a Monsier Arnaud, el septuagenario deslumbrado por una joven hermosa, valiente y decidida, interpretada de una forma sublime por Emmanuelle Béart. Sautet encontró en esta actriz a la sustituta ideal de la malograda Romy Schneider para este tipo de cine intimista, realista y emotivo que tan buenos frutos les dio a ambos. Tal vez la Schneider hubiese estado maravillosa en esta película veinte años atrás pero lo cierto es que la magia, la frescura y la delicadeza de Emmanuelle Béart hace imposible imaginar a otra actriz para este papel.
En definitiva, una historia de amor sensible y elegante que engloba todas las virtudes del mejor cine francés.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
El momento en que Nelly llega a casa, saluda a su marido, hablan de forma animada para de repente soltar "Vamos a separarnos" es algo más corriente de lo que creemos en la vida diaria, pero hay que ser muy buena actriz para que esas palabras no suenen impostadas o fuera de lugar.
Conforme su relación con el señor Arnaud se hace más íntima y personal, más sinsentido encuentra Nelly en sus relaciones con otros hombres. En Arnaud encuentra a ese compañero ideal, su alma gemela... incluso le miente en una ocasión para provocarlo y sentir sus celos. Por eso su nueva relación con el editor, así como la que tiene con su ex-marido o la atracción que siente al principio hacia el bibliotecario, dejarán de tener sentido alguno.
Una de las escenas más bellas es cuando Pierre Arnaud contempla enamorado a Nelly. Ella siente su presencia, se despierta. Él se dispone a marcharse pero ella le pide que se quede y le coge la mano. Si eso no es delicadeza...
Conforme su relación con el señor Arnaud se hace más íntima y personal, más sinsentido encuentra Nelly en sus relaciones con otros hombres. En Arnaud encuentra a ese compañero ideal, su alma gemela... incluso le miente en una ocasión para provocarlo y sentir sus celos. Por eso su nueva relación con el editor, así como la que tiene con su ex-marido o la atracción que siente al principio hacia el bibliotecario, dejarán de tener sentido alguno.
Una de las escenas más bellas es cuando Pierre Arnaud contempla enamorado a Nelly. Ella siente su presencia, se despierta. Él se dispone a marcharse pero ella le pide que se quede y le coge la mano. Si eso no es delicadeza...